Otro año otra teoría fuera de toda concepción sobre el origen de la Luna. Durante años han corrido diversas ideas sobre cuál podría ser el origen de este astro que circunda a nuestra Tierra y ahora acaba de ser publicada una investigación con rigor científico que plantea una idea tan retorcida como asombrosa: la existencia de restos de otro planeta dentro del nuestro.
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Todo se remonta a la década de 1980, cuando un grupo de geofísicos descubrieron dos masas de material inusual del tamaño de un continente en las profundidades de la Tierra, una debajo del continente africano y otra debajo del Océano Pacífico.
Con el avance de las investigaciones estos elementos recibieron el nombre de grandes provincias de baja velocidad (LLVP). Cada una de ellas tiene el doble del tamaño de la Luna y probablemente esté compuesta de proporciones de elementos diferentes a las del manto que la rodea.
Desde entonces se ha mantenido la incógnita sobre su origen y ahora un nuevo estudio dirigido por investigadores de Caltech sugiere que se trata de restos de un antiguo planeta que chocó violentamente con la Tierra hace miles de millones de años en el mismo impacto gigante que creó nuestra Luna.
El origen de la Luna dentro de las entrañas de la Tierra
El estudio, publicado en la revista Nature el pasado 1 de noviembre de 2023, también propone esta torcida teoría donde se dinamita aquella vieja teoría planteada durante décadas de que la Luna se creó a raíz de un impacto gigante entre la Tierra y un planeta más pequeño llamado Theia.
Sin embargo, el pequeño gran detalle es que nunca se ha encontrado ningún rastro de Theia en el cinturón de asteroides o en los meteoritos. De modo que este nuevo estudio sugiere que tal vez Theia en realidad fue absorbida por la Tierra joven, formando las grandes provincias de baja velocidad (LLVP) a su interior, mientras que los restos residuales del impacto se fusionaron en la Luna.
La investigación fue dirigida por Qian Yuan, O.K. Earl Postdoctoral Scholar Research Associate en los laboratorios de Paul Asimow y Michael Gurnis, profesores de geofísica de Caltech.
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Los científicos descubrieron por primera vez los LLVP midiendo ondas sísmicas que viajaban a través de la Tierra. Descubriendo que en el manto más profundo, el patrón de ondas sísmicas está dominado por las firmas de dos grandes estructuras cercanas al núcleo de la Tierra que los investigadores creen que poseen un nivel inusualmente alto de hierro.
Yuan, geofísico de formación, asistía a un seminario sobre la formación de planetas impartido por Mikhail Zolotov, profesor de la Universidad Estatal de Arizona, en 2019.
Ahí Zolotov presentó la hipótesis del impacto gigante, mientras que Qian señaló que la Luna es relativamente rica en hierro. Lo que en conjunto constituyó la semilla de esta investigación ahora presentada.
Se trata de un planteamiento interesante con bases aparentemente consistentes. Pero queda un largo trecho para llegar al punto de su comprobación.