El planeta Venus es famoso por ser el planeta de las más altas temperaturas. Asimismo, el vecino más próximo a la Tierra es conocido por contar con una atmósfera densa cubierta de dióxido de carbono y nubes de ácido sulfúrico.
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Por eso, no es de extrañar que el lanzamiento de la primera misión privada a Venus, dirigida por Rocket Lab, tenga como objetivo investigar las nubes ácidas de Venus en busca de química orgánica, lo que podría indicar la presencia de vida extraterrestre.
La primera visita a Venus
La exploración espacial se prepara para este hito histórico en enero de 2025. Un ambicioso proyecto que se basa en las investigaciones realizadas por Sara Seager, destacada profesora de Ciencias Planetarias del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Y es que a pesar de que las nubes venusianas están compuestas de ácido sulfúrico concentrado, una sustancia notoriamente hostil para la mayoría de los componentes bioquímicos de la vida en la Tierra, Seager descubrió que ciertas moléculas esenciales para la vida podrían ser estables en dicho ambiente.
En su estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), Seager propone que la vida podría haberse desarrollado en Venus utilizando ácido sulfúrico como disolvente en lugar de agua.
“No sabemos si es posible el origen de la vida en ácido sulfúrico concentrado, pero tal posibilidad no puede excluirse a priori. La vida podría utilizar ácido sulfúrico concentrado como disolvente en lugar de agua y podría haberse originado en las gotitas de nube en ácido sulfúrico concentrado líquido”, expresó la científica en la revista citada.
De esta forma, con el apoyo de Rocket Lab, la misión pretende explorar y analizar las nubes de Venus en busca de evidencias que respalden o refuten esta teoría.