Un equipo de astrónomos ha realizado un exhaustivo análisis de más de un millón de galaxias con el objetivo de explorar los orígenes de la estructura del universo temprano.
Utilizando el Sloan Digital Sky Survey (SDSS), el estudio se enfocó en entender qué factores determinan la formación de estructuras cósmicas como estrellas, galaxias y cúmulos.
Los hallazgos revelaron que la disposición y la forma de las galaxias en el universo no son aleatorias; existen correlaciones entre galaxias ubicadas a distancias de millones de años luz, incluso cuando sus procesos de formación no parecen estar vinculados.
El modelo estándar ΛCDM, que involucra la materia y energía oscura, se basa en observaciones precisas del universo primitivo. Se postula que en los inicios del universo, las fluctuaciones primordiales, variaciones en la densidad, actuaron como semillas de los objetos celestes.
Siendo estas fluctuaciones primordiales fundamentales para la formación de galaxias, los análisis de su distribución espacial han sido una constante en la astronomía. Sin embargo, el patrón de forma de las galaxias ha recibido menos atención, aunque está estrechamente relacionado con las fluctuaciones primordiales subyacentes.
El estudio reciente se centró en el patrón de forma de las galaxias, una área menos explorada en la cosmología, según Toshiki Kurita, coautor del estudio y científico en el Instituto Max Planck de Astrofísica.
Este enfoque permitió hallar una alineación estadísticamente significativa en las orientaciones de las formas de galaxias separadas por más de 100 millones de años luz.
Esto indica que, aunque los procesos de formación de las galaxias puedan ser independientes, las correlaciones en sus formas y orientaciones persisten, lo que proporciona una oportunidad para profundizar en la teoría de la inflación, la cual sostiene que el universo ha estado expandiéndose desde el Big Bang.
Estos descubrimientos abren una vía para probar más a fondo esta teoría y sus implicaciones en la evolución cósmica.