El lanzamiento de cohetes chinos y su retorno descontrolado a la Tierra se ha convertido en un tema recurrente.
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Recientemente, el Long March 3B experimentó este problema, cuando sus propulsores cayeron en zonas pobladas de China después del despegue. La caída fue capturada en un video que se viralizó en redes sociales, mostrando la explosión en un denso bosque en la región de Guanxi, al sur de China.
El cohete, desde el Centro de Lanzamiento de Satélites Xichang, en Sichuan, lanzó exitosamente dos satélites Beidou a la órbita terrestre media. Sin embargo, los propulsores laterales del Long March 3B cayeron descontroladamente, impactando áreas habitadas.
Estos eventos han sido registrados por transeúntes locales y compartidos en varios videos, mostrando explosiones con un gas amarillento que podría ser tóxico.
Estos cohetes chinos, incluido el Long March 3B, utilizan combinaciones altamente tóxicas de propulsores como la hidracina y el tetróxido de nitrógeno.
Este incidente ha planteado preguntas sobre por qué se realizan lanzamientos en áreas habitadas, remontándose a decisiones estratégicas de China durante la Guerra Fría para proteger su infraestructura espacial.
Este episodio no es aislado: ha habido incidentes anteriores, como la caída descontrolada del cohete Long March-5B Y2 en 2022 y casos similares en 2021 y 2023. Estos eventos han generado preocupaciones internacionales y tensiones debido al riesgo potencial que representan para zonas pobladas.
