David Grusch, un exoficial de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, destapó una serie de “secretos” gubernamentales que ahora es muy difícil de ignorar. El exfuncionario dijo, bajo juramento en la Cámara de Representantes EE.UU, que organizaciones públicas norteamericanas tenían evidencia biológica y tecnológica no humana. En pocas palabras, confirmó que los extraterrestres ya llegaron y que todo este tiempo lo habían tenido escondido.
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¿Realmente llegaron? Un reconocido físico teórico, especialista en temas de astronomía y la materia extraterrestre, llamado Avi Loeb, analiza las declaraciones de David y, de entrada, tira por el suelo todo lo que dijo. Basado en las supuestas inconsistencias del expiloto de la Fuerza Aérea, el experto tiene argumentos para decir que lo de las revelaciones es una completa farsa.
En primer lugar, de acuerdo con una reseña de El Confidencial, David Grusch no ofrece evidencia física de lo que está diciendo. Eso sería, en concreto, la prueba para dudar de lo que está diciendo.
“No necesitamos confiar en afirmaciones de segunda mano de esta naturaleza. El privilegio de los científicos en ejercicio es que pueden encontrar la respuesta directamente sin depender de pistas y rumores”, dice Avi Loeb en su reseña de El Confidencial.
“Mis dudas se intensificaron cuando Grusch sugirió una posible interpretación científica de sus afirmaciones. Mencionó el contexto extradimensional y el principio holográfico de la teoría de cuerdas, conceptos ambos muy cuestionables para los cuales no existe evidencia experimental alguna. Los efectos de la gravedad cuántica de este tipo no tienen nada que ver con fenómenos de baja energía y baja curvatura espacio-temporal cerca de la Tierra. De lo contrario, habríamos detectado su existencia en nuestros laboratorios hace mucho tiempo”, dijo en su escrito el físico teórico.
Avi Loeb se debate entre dos opciones para comprender el origen de las declaraciones de Grusch: una es que exageró la información a la que tuvo acceso o dos, que llamó la atención de los medios, con afirmaciones sin fundamento, para encubrir otro tipo de programas secretos de entes gubernamentales de los Estados Unidos.
En ambos casos, lamentablemente, seguimos sin confirmación de vida extraterrestre.