El telescopio espacial James Webb ha capturado una nueva y espléndida imagen de Urano, mostrando detalles que han permanecido ocultos durante décadas, como los anillos, las lunas y los patrones climáticos de este gigante de hielo. Estos rasgos no eran visibles en el primer retrato en primer plano tomado hace más de 30 años.
PUBLICIDAD
A diferencia de la primera visión proporcionada por la Voyager 2 en 1986, que presentaba a Urano como un mundo azul brillante, el telescopio espacial Webb utiliza luz infrarroja, revelando facetas dinámicas y desconocidas del planeta.
Los astrónomos han considerado prioritario enviar una misión dedicada para estudiar Urano y la imagen detallada obtenida por Webb proporciona información vital antes de tal misión. Esta imagen recién publicada por la NASA muestra más detalles que la versión anterior compartida en abril.
En esta nueva imagen, los tenues anillos interno y externo de Urano brillan, incluido el delicado y difuso anillo Zeta más cercano. Asimismo, se aprecian nueve de las 27 lunas conocidas de Urano, destacando incluso algunas de las más pequeñas situadas dentro de los anillos.
Estas lunas, llamadas “lunas literarias”, llevan los nombres de personajes de Shakespeare, como Rosalind, Puck, Belinda, Desdémona, Cressida, Bianca, Portia, Julieta y Perdita.
Una de las características más notables de la imagen es el casquete polar norte de Urano, de color blanco estacional. Este casquete se encuentra en el centro cuando el polo apunta hacia el sol durante la aproximación del planeta al solsticio, previsto para 2028.
Urano, con su peculiar inclinación de aproximadamente 98 grados, experimenta estaciones extremas. Un año en Urano equivale a unos 84 años terrestres y durante una cuarta parte de este período, el sol brilla directamente sobre uno de los polos, sumiendo la otra mitad del planeta en un invierno oscuro que dura 21 años terrestres.
PUBLICIDAD
La imagen también revela tormentas cerca y debajo del casquete polar en la atmósfera de Urano.
Los científicos estarán atentos a los cambios en estas características a medida que Urano se aproxime al solsticio, buscando comprender las fuerzas estacionales y meteorológicas que influyen en ellas, lo que podría proporcionar información valiosa sobre la compleja atmósfera uraniana.
A pesar de que un año en Urano transcurre en décadas desde nuestra perspectiva, su día es rápido, con una duración de aproximadamente 17 horas.
Este rápido giro dificulta la detección de tormentas y otras características atmosféricas, pero el telescopio Webb ha permitido observar detalles sin precedentes al realizar exposiciones prolongadas y cortas.
Urano y Neptuno, los gigantes de hielo en el borde de nuestro sistema solar, aún albergan misterios por descubrir. La Voyager 2, hasta la fecha, es la única nave espacial que se ha acercado a estos planetas, pero muchos aspectos sobre ellos siguen siendo desconocidos.
Estudios recientes han detectado rayos X procedentes de Urano, y se ha encontrado evidencia de que la nave espacial atravesó un plasmoide, una enorme burbuja magnética que probablemente arrastró parte de la atmósfera del planeta y la liberó al espacio.
Explorar más sobre Urano también podría arrojar luz sobre la formación de los numerosos exoplanetas gigantes de hielo descubiertos fuera de nuestro sistema solar.