La NASA, a pesar de restricciones legales previas, dio luz verde a los investigadores financiados por la agencia a solicitar acceso a las muestras de suelo lunar recolectadas por la misión china Chang’e 5 en 2020.
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Recordemos que la Enmienda Wolf, aprobada en Estados Unidos en el 2011, prohíbe la colaboración con China en proyectos de investigación espacial.
Eso hasta ahora. Y es que las muestras podrían proporcionar valiosos conocimientos sobre la formación lunar y apoyar el programa Artemis de la NASA para el retorno humano a la Luna y la construcción de una base permanente, por lo que en un extraño gesto, esta prohibición será pasada por alto.
Los avances de China en la Luna
La misión Chang’e 5, lanzada en noviembre de 2020, recolectó casi 2 kilos de tierra y grava lunar antes de regresar a la Tierra en diciembre de 2020, tras menos de un mes en el Espacio.
Aunque China expresó su disposición a compartir las muestras con socios internacionales, la Enmienda Wolf complicó la colaboración directa con investigadores de la NASA.
Las muestras de Chang’e 5 provienen de regiones lunares no muestreadas previamente y tienen una edad única de 2.000 millones de años, en comparación con las muestras del programa Apolo, que tienen más de 3.000 millones de años.
“Se espera que [las muestras] proporcionen nuevos conocimientos científicos valiosos sobre la historia geológica de la Luna, lo que podría proporcionar una nueva comprensión del sistema Tierra-Luna y potencialmente informar futuros planes de exploración lunar de la NASA. (...) Solicitar muestras garantizará que los investigadores estadounidenses tengan las mismas oportunidades de investigación que los científicos de todo el mundo”, expresó la NASA en un comunicado.
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La colaboración China - EEUU
Así, la agencia declaró estar de acuerdo con que los investigadores soliciten acceso, lo que abrirá nuevas puertas para la investigación científica y la cooperación internacional.
La posibilidad de acceso a estas muestras representa una oportunidad sin precedentes para entender la historia geológica lunar y podría delinear el camino para futuras colaboraciones entre la NASA y China en la exploración lunar.
“El sistema solar es un lugar grande, y la ciencia planetaria puede beneficiarse enormemente de destinos de exploración complementarios y no duplicados, y del intercambio de muestras y otros resultados”, expresó a space.com James Head, un veterano científico lunar de la Universidad Brown en Rhode Island, que participó en el programa lunar Apolo.
Con todo, la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) tomará una decisión sobre las solicitudes antes del 22 de diciembre, y cada solicitante seleccionado deberá rendir cuentas periódicamente ante el organismo.
Esta apertura a la cooperación puede ser el preludio para futuras misiones, como Chang’e 6, que tiene previsto traer muestras de la cara oculta de la Luna en 2024.