Un cuerpo rocoso del tamaño aproximado de Plutón sorprendió a los científicos que estudian los misterios del espacio, en el 2005. Se llama Eris, y fue uno de los responsables de la degradación de quien era el noveno mundo de nuestro Sistema Solar.
Ahora, Eris y Plutón, junto a Ceres, Makemake y Haumea, confirman los cinco planetas enanos de nuestro vecindario galáctico. El hecho de que los hayan descubierto no quiere decir que los hayan dejado de investigar.
Eris se ha mantenido bajo la lupa de los expertos, porque además de su conformación como cuerpo rocoso, está en la zona del Cinturón de Kuiper, una región en la que danzan los asteroides de nuestro sistema planetario.
El sitio Bio Bio Chile se hace eco de una nueva investigación publicada en la prestigiosa revista Science Advances. Francis Nimmo, profesor de ciencias de la Universidad de California, en Santa Cruz, descubrió que Eris y su luna siempre se están mirando fijamente.
“Esto sucede porque el gran planeta se ve afectado por las mareas que genera la pequeña luna. Cuanto más grande es la luna, más rápido gira el planeta”, dice el científico.
Dado a que no se conocía el tamaño de esa luna, los científicos observaron para realizar el cálculo. Una vez que obtuvieron el diámetro se dieron cuenta de una característica de Eris: es suave como una especie de queso blando.
Su superficie rocosa está cubierta por una capa de hielo. Y es posible que ese interior sea convectivo, lo que eleva la posibilidad de que su superficie sea blanda.
“La roca contiene elementos radiactivos que producen calor. Y luego ese calor tiene que salir de alguna manera. Entonces, a medida que el calor se escapa, provoca una lenta agitación del hielo”, explica el profesor Nimmo.
Entonces es de esta manera en la que Eris no se comporta como un objeto sólido, sino más como un queso blando o algo así. Tiene tendencia a fluir un poco”, indicó.