Se le conoce como disco protoplanetario, a los materiales discos circunestelares de material alrededor de una estrella joven, generalmente del tipo T Tauri. Están formados por gas y polvo, y tienen un diámetro de varios cientos de unidades astronómicas. Los objetos son fundamentales para la formación de planetas.
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Es desde estas regiones que cada uno de los elementos se van condensando y a su ve formando los cuerpos rocosos y gaseosos de los Sistemas Solares que conocemos, que se expanden a lo largo y ancho del universo.
Una reciente investigación que toma datos del Telescopio Espacial James Webb, específicamente la NIRCam (Near-Infrared Camera), encuentra abundantes cantidades de monóxido de carbono, acetileno, cianuro de hidrógeno y agua, en un disco protoplanetario en la nebulosa NGC6357, según reseña El Confidencial.
Esta región, situada en la constelación Escorpio, se encuentra a unos 6.000 años luz de distancia. Demuestra que los elementos para el desarrollo de la vida tal y como la conocemos, se podrían registrar en otras regiones del vasto universo.
Discos protoplanetarios cercanos
La misma herramienta del Telescopio Espacial James Webb encontró nuevos discos protoplanetarios en la nebulosa de Orión, una región de formación estelar situada a unos 1.344 años luz de la Tierra.
El observatorio estelar detectó 10 nuevos discos protoplanetarios en la nebulosa de Orión. Estos discos son muy jóvenes, y tienen entre 1 y 10 millones de años de antigüedad. Los discos están formados por gas y polvo, y tienen un diámetro de varios cientos de unidades astronómicas (UA).
Los nuevos discos protoplanetarios encontrados por el JWST son importantes porque nos permiten comprender mejor el proceso de formación de planetas. Estos discos son el lugar donde se forman los planetas, y su estudio nos permite aprender cómo se forman estos cuerpos celestes.