La Tierra, con una edad aproximada de 4500 millones de años, sostiene una atmósfera rica en nitrógeno y un equilibrio que propicia temperaturas adecuadas para la vida humana, gracias a la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio (NASA). Además, posee una proporción crucial de oxígeno para la respiración.
Con el avance tecnológico, la exploración espacial trascendió nuestro sistema solar, revelando planetas con similitudes a la Tierra. Aunque se han descubierto miles, solo unos pocos comparten sus características.
Los primos de la Tierra
La NASA emplea diversas herramientas, como el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS), que identificó TOI 700 d, un planeta cercano al tamaño terrestre, en la “zona habitable” de su estrella.
Este planeta, un 20% más grande que la Tierra, orbita cada 37 días y recibe el 86% de la energía solar que recibe nuestro planeta.
Otro hallazgo es Kepler-452b, encontrado por la nave espacial Kepler. Este planeta es más grande, orbita una estrella G2 y guarda proporciones similares al Sol y la Tierra. Su órbita y la temperatura permiten agua líquida, en una órbita de 385 días en la “zona habitable”, con una estrella un 20% más brillante y un 10% más grande que el Sol.
¿Puede Marte ser habitable? Conocido como el “planeta rojo” por su suelo rico en hierro oxidado, Marte presenta estaciones, volcanes y regiones con agua salada líquida.
Sin embargo, las condiciones de su terreno congelado no son propicias para la vida tal como la conocemos. Su superficie ha sido alterada por volcanes, reacciones químicas y movimientos de las placas tectónicas.