El Telescopio Espacial James Webb cambia la visión de la ciencia que explora las profundidades del cosmos. Sus herramientas muestran eventos inéditos que se registran dentro de nuestro Sistema Solar y otros que ocurren a miles o millones de años luz.
En una reciente investigación, la NASA publica que se han encontrado con un tesoro de cuarzo posado en la atmósfera de un exoplaneta, que se encuentra a 1.300 años luz de distancia.
De acuerdo con una reseña publicada en el portal oficial de la NASA, los investigadores han detectado evidencia de nanocristales de cuarzo en las nubes de gran altitud de WASP-17 b. Explican que el descubrimiento fue posible únicamente con MIRI (Instrumento de infrarrojo medio de Webb).
Se trata de un hito para la astronomía, ya que marca la primera vez que se han detectado partículas de sílice (SiO 2 ) en la atmósfera de un exoplaneta. Este elemento, comúnmente conocido como el cuarzo, es de lo más abundante en la corteza de la Tierra.
Lo extraño de este caso, es que el material se aprecia en la atmósfera de este mundo, cercano a nuestro Sistema Solar, astrómicamente hablando.
“Estábamos emocionados. Sabíamos por las observaciones del Hubble que debía haber aerosoles (pequeñas partículas que forman nubes o neblina) en la atmósfera de WASP-17 b, pero no esperábamos que estuvieran hechos de cuarzo”, dijo emocionado David Grant, investigador de la Universidad de Bristol en el Reino Unido y primer autor de un artículo que se publica hoy en Astrophysical Journal Letters.
La NASA explica que los granos de silicato detectados previamente en las atmósferas de exoplanetas y enanas marrones parecen estar hechos de silicatos ricos en magnesio como el olivino y el piroxeno, no solo de cuarzo, que es SiO2 puro.
El hecho de haber detectado este tesoro intergaláctico significa un nuevo giro a la manera en la que se comprende la formación de nubes y exoplanetas.
“Esperábamos ver silicatos de magnesio”, reitera la coautora Hannah Wakeford, también de la Universidad de Bristol. “Pero lo que estamos viendo en cambio son probablemente los componentes básicos de ellos, las diminutas partículas ‘semillas’ necesarias para formar los granos de silicato más grandes que detectamos en exoplanetas más fríos y enanas marrones”, detalló.
Los cristales de cuarzo detectados en WASP-17b son diferentes a los que se encuentran en las nubes de la Tierra. Estos del exoplaneta no son arrastrados desde una superficie rocosa, sino que se originan en la atmósfera por sí solas.
“WASP-17 b es extremadamente caliente (alrededor de 1.500 grados Celsius (2.700°F)) y la presión donde se forma en lo alto de la atmósfera es sólo aproximadamente una milésima parte de la que experimentamos en la superficie de la Tierra”, explicó el autor principal. “En estas condiciones, los cristales sólidos se pueden formar directamente a partir del gas, sin pasar primero por una fase líquida”, añadió.
Es un paso importante que los ayuda a comprender el planeta completo. WASP-17b es considerado un Júpiter caliente. Se forma principalmente de hidrógeno y helio con otros gases relacionados al agua y al dióxido de carbono.