La formación de planetas es un proceso complejo que involucra numerosos factores, y uno de los aspectos menos comprendidos es el papel del “torque de polvo”.
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El profesor Pablo Benítez, doctor en astronomía y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, junto con investigadores de varios institutos y universidades, ha llevado a cabo un estudio que arroja luz sobre cómo el polvo presente en los discos protoplanetarios puede influir en la migración de los planetas y, por lo tanto, en su formación.
De acuerdo con el informe publicado en el sitio web de Diario de Osorno, los discos protoplanetarios son regiones de gas y polvo que rodean a estrellas jóvenes y son los lugares donde comienzan a nacer los planetas.
Aunque se ha investigado previamente el impacto del gas en la migración de los planetas, este estudio se centra en cómo los sólidos, es decir, el polvo, pueden influir en este proceso.
Cómo comprender mejor el torque de polvo
Para comprender mejor el torque de polvo, los investigadores utilizaron mediciones sistemáticas de los torques ejercidos por el polvo sobre un planeta en formación inmerso en un disco de gas y polvo. Esto se basó en investigaciones previas que utilizaron ecuaciones de hidrodinámica para cuantificar la influencia del polvo.
“Las interacciones gravitatorias entre el disco de gas y polvo y el planeta generan una fuerza sobre el planeta. La fuerza resultante generada puede impulsar a este embrión planetario a migrar hacia el exterior”, explica Benítez.
El estudio se centró en la migración tipo I, que afecta a planetas pequeños a medida que interactúan con el material del disco protoplanetario que los rodea. Los resultados revelaron que el torque de polvo puede generar una fuerza positiva en planetas con masas menores a 10 veces la masa de la Tierra, lo que significa que estos planetas pueden moverse hacia el exterior o detener su migración hacia la estrella en lugar de acercarse más a ella.
Este descubrimiento tiene implicaciones importantes para la formación de planetas gigantes, ya que los planetas pequeños que son influenciados por el torque de polvo podrían ser los precursores de planetas mucho más grandes, como Júpiter o Saturno en nuestro propio Sistema Solar.