La galaxia por la que transita nuestro Sistema Solar, la Vía Láctea, registra una enorme cantidad de mundos sorprendentes que están siendo estudiados por la astronomía, astrofísica y ciencia en general. En su afán de conseguir un desarrollo de la vida similar al que ejecuta la Tierra, se encuentran con este tipo de exoplanetas rocosos con una formación totalmente diferente a lo que conocemos.
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Este mundo del que hablaremos en esta reseña se llama Gliese 367b y está en una región muy cercana a nuestro Sistema Solar astronómicamente hablando: a unos 31 años luz de distancia.
Gliese 367b es un exoplaneta del tamaño de la Tierra que orbita a una estrella enana roja a unos 31 años luz de la Tierra. Fue descubierto en 2015 por un equipo de astrónomos liderados por David Charbonneau del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica.
Es un planeta rocoso con una masa de aproximadamente 3,3 veces la masa de la Tierra. Sin embargo, a diferencia de la Tierra, el exoplaneta está compuesto principalmente de roca y metal. Esto se debe a que el planeta se formó en una región de su sistema planetario en el que había una enorme cantidad de este par de elementos.
La superficie de Gliese 367b es probablemente fría y seca. La temperatura superficial se estima en alrededor de -10 grados Celsius. El planeta también está sometido a una presión atmosférica muy baja, aproximadamente una centésima de la presión atmosférica de la Tierra.
Gliese 367b es un planeta único y fascinante. Es un recordatorio de la diversidad de planetas que existen en el universo.
