Para viajar hacia el Sol es necesario ir muy bien preparados, si se quiere sobrevivir a las condiciones. Eso hizo la sonda solar Parker de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA por sus siglas en inglés), que soportó una violenta erupción de la estrella masiva y además grabó el momento para que nosotros y los científicos lo disfrutáramos desde un clima agradable.
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El inédito hecho, en el que una sonda espacial sobrevive a los embates del Sol, se registró el 5 de septiembre de este mismo año. La erupción, también conocida como eyección de masa coronal (CME), ocurrió en el lado opuesto del Sol al que se encontraba la nave espacial de la NASA.
La sonda Parker estaba en ese momento a unos 10 millones de kilómetros del Sol cuando atravesó la CME. La erupción provocó un aumento de la radiación y el calor a los que estaba expuesta la sonda.
En el material audiovisual que comparte la NASA se aprecian como pasan las partículas de radiación que se encaminan hacia la Tierra y que seguramente impactarán contra nuestras capas protectoras.
¿Cómo hizo para sobrevivir?
Soporta la erupción solar gracias a su escudo térmico protector. Este escudo está hecho de un material compuesto de carbón-carbón reforzado, que es capaz de soportar temperaturas de hasta 1.400 grados Celsius. El escudo también está pintado de blanco para reflejar la luz del Sol y ayudar a mantenerlo fresco.
Este material térmico protector de la sonda Parker fue capaz de protegerla de la radiación de la erupción solar. Absorbió la radiación y la disipó en forma de calor. La sonda Parker también se alejó de la erupción solar lo más rápido posible para minimizar la exposición a la radiación.
La supervivencia de la sonda Parker a la erupción solar es un logro importante. Este aparato de la NASA es la primera nave espacial que ha volado tan cerca del Sol.