El Telescopio Espacial James Webb sigue asombrando al mundo científico con sus imágenes espectaculares del universo. La semana pasada, esta maravilla tecnológica capturó una deslumbrante imagen de Herbig-Haro 46/47, un par de estrellas recién formadas con solo unos pocos miles de años de antigüedad... con una interrogante oculta.
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Aunque esta imagen por sí misma es impresionante, en los últimos días ha surgido un intrigante “photobomber” cósmico que ha robado el protagonismo.
Como explica TechSpot, situada en la galaxia de la Vía Láctea y a una distancia de aproximadamente 1.470 años luz de la Tierra, Herbig-Haro es un vecino cercano en términos cósmicos. Sin embargo, en el fondo de esta imagen hay miles de objetos más.
Aunque algunos de ellos podrían ser estrellas, muchas son galaxias distantes que aparecen como simples puntos de luz en la imagen... o como símbolos muy familiares en la Tierra.
El “símbolo de interrogación espacial”
Pero lo que ha dejado perplejos a los científicos es un descubrimiento inesperado en la imagen de alta resolución tomada con la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam). Justo debajo y ligeramente a la derecha de la nebulosa Herbig-Haro, se encuentra una pequeña mancha naranja. Una observación más detallada revela que esta mancha forma un signo de interrogación casi perfectamente alineado (?).
Aunque los científicos aún no han confirmado con certeza la naturaleza de este objeto, tienen dos teorías sólidas en mente. Representantes del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial, encargado de las operaciones científicas de Webb, especulan que este signo de interrogación cósmico podría ser una galaxia lejana o incluso un par de galaxias interactuando entre sí.
Por su parte, el profesor asistente de física en la Universidad Estatal de Illinois, Matt Caplan, sugiere que el objeto podría ser resultado de la fusión de dos galaxias. Explicó que la curvatura superior podría ser una señal de que la galaxia más grande está siendo “interrumpida por mareas”.
La otra posibilidad es que se trate de una o dos galaxias independientes cercanas pero sin interacción. Si esto es cierto, el enigmático signo de interrogación podría mantenerse tal como está durante millones de años o incluso más. Lo único seguro es que no son estrellas, ya que carecen de los picos distintivos de refracción típicos de los objetos brillantes.