Espacio

Telescopio Espacial Hubble: ¿Cuál es el destino del planeta cuya atmósfera está siendo devorada por su Sol?

¿Es un planeta condenado a la destrucción? Los científicos están fascinados con los datos encontrados.

(ESA/HUBBLE, M. KORNMESSER/Europa Press)

El campo “infinito” del universo tiene una impresionante cantidad de eventos, que dejan fascinados a los científicos que investigan las profundidades del cosmos. Uno del que hablamos recientemente es el que rodea al sistema solar conformado por la estrella AU Microscopii, cercana a la Tierra, en cuanto a niveles astronómicos se refiere.

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La estrella es enana roja ubicada a una distancia de aproximadamente 32.3 años luz de la Tierra, en la constelación de Microscopium. Es una de las estrellas más cercanas al sistema solar.

En términos astronómicos es una estrella joven, ya que se estima que tiene unos 23 millones de años; nuestro Sol tiene 4.603 millones de años. Hasta ahora se han descubierto dos planetas a su alrededor: AU Mic b y AU Mic c. El primero, el más cercano a la estrella es el que sufre la radiación del astro, que está evaporando la atmósfera de hidrógeno del planeta.

Los científicos que vieron como la estrella masiva evapora la atmósfera de AU Mic b están completamente sorprendidos. El hecho de que esto ocurra es el inicio para la destrucción de este planeta, al que califican como un “Neptuno Caliente” por su tamaño (cuatro veces el diámetro de la Tierra) y su composición.

Pero en el caso de AU Mic b no hay perdida de material en cuanto a su composición como mundo. De hecho, lo único que se lleva la estrella es parte de la atmósfera, sorprendentemente de forma ocasional, según La Sexta. Es decir que no ocurre de forma constante, sino en evaporaciones escalonadas, solo cuando la capa está de frente al Sol.

“Nunca habíamos visto que un escape atmosférico pasara de ser completamente no detectable a muy detectable en un período tan corto cuando un planeta pasa frente a su estrella. Realmente esperábamos algo muy predecible, repetible. Pero resultó ser extraño. Cuando vi esto por primera vez, pensé: ‘Eso no puede ser correcto”, sostuvo Keighley Rockcliffe, del Dartmouth College en Hanover.

En teoría esto no debería suceder con ningún planeta de nuestro Sistema Solar. Todo lo contrario, dicho comportamiento ya debería haber ocurrido en durante el inicio de nuestra formación planetaria.

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