En el medio de todo el revuelo que han causado las declaraciones de un exfuncionario militar de los Estados Unidos, que asegura que su gobierno tiene pruebas de la existencia de vida afuera de la Tierra, un equipo científico de Suiza sorprende con un hallazgo impresionante. Encontraron un arma extraterrestre con una antigüedad de hace 3.000 años.
¿Quiere decir que los alienígenas llegaron desde ese entonces a la Tierra? Probablemente no tenga que ser de esta manera. De hecho la teoría lógica de los expertos que realizaron este hallazgo, es que el arma fue fabricada por los humanos de ese entonces, pero con material que vino desde otras fronteras.
El portal Daily Mail reseña en una nota que el artefacto es una punta de flecha. La encontró un equipo de geólogos y paleontógos de la Universidad de Berna en un antiguo sitio de la Edad del Bronce llamado Mörigen en Suiza.
Tiene 3.000 años de antigüedad; de eso parece que no hay ninguna duda. La composición de la punta de flecha es de un material que se llama aluminio-26. Se trata de una especie de isótopo de corta duración que en algún tiempo de nuestra existencia abundó en los inicios del Sistema Solar y que seguramente no se desarrolla de forma natural en la Tierra.
¿Y entonces, de dónde vino?
La hipótesis es que proviene de un meteorito. En los registros históricos de la ciencia, sólo tres con esta composición han sido encontrados (que cayeron) en Europa. “Hubo uno República Checa, otro en España y el tercero en Estonia”, destaca Daily Mail.
La punta de flecha de esta arma milenaria mide 1,5 pulgadas de largo y pesa solo 0,102 onzas.
“El estilo de la punta de flecha de hierro se parece mucho al de las puntas de flecha de bronce del mismo complejo de hallazgos, aunque el proceso de fabricación fue muy diferente. El material orgánico rico en carbono adjunto probablemente represente restos de alquitrán, probablemente alquitrán de madera, lo que indica que estaba sujeto a una flecha en algún punto”, dijeron los expertos en un comunicado.
Esta pieza se encontró en el siglo XIX y estaba en el Museo de Historia de Berna aguardando ser analizada por los científicos.
