El destino de nuestro Sol ha sido captado por un equipo científico que revisó datos del Telescopio Espacial James Webb. El maravilloso observatorio orbital registró datos de una región “cercana” a nuestro sistema planetario, a unos 2.300 años luz de distancia de la Tierra.
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Se trata de una nebulosa que se aprecia a simple vista en nuestro cielo (despejado y sin contaminación lumínica) en la que se encuentra una estrella —o varias— similares a nuestro Sol en las últimas etapas.
Los científicos están verdaderamente sorprendidos con la cantidad de información que registraron en las más recientes visualizaciones del Telescopio Espacial James Webb de la NASA, ESA, JAXA y Agencia espacial canadiense.
Las imágenes corresponden a una zona que se llama Messier 57, también conocida como la Nebulosa del Anillo o NGC 6720. Es un objeto astronómico notable en el cielo. Se trata de una nebulosa planetaria en la constelación de Lira. A pesar de su nombre, “nebulosa planetaria”, no tiene nada que ver con planetas; en realidad, es una etapa evolutiva en la vida de una estrella similar al Sol.
“El Telescopio Espacial James Webb nos ha brindado una vista extraordinaria de la Nebulosa del Anillo que nunca antes habíamos visto”, dijo uno de los científicos de este proyecto, el DR. Mike Barlow (UCL, Reino Unido).
“Las imágenes de alta resolución no solo muestran la detalles intrincados de la capa en expansión de la nebulosa pero también revelan la región interna alrededor de la enana blanca central con una claridad exquisita”, añadió.
“Estamos presenciando los capítulos finales de la vida de una estrella, una vista previa del futuro lejano del Sol, por así decirlo, y las observaciones de JWST han abierto un nueva ventana para comprender estos asombrosos eventos cósmicos. Podemos usar la Nebulosa del Anillo como nuestro laboratorio para estudiar cómo se forman y evolucionan las nebulosas planetarias”, concluyó, de acuerdo con una reseña de Europa Press.
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Messier 57
Esta nebulosa es el resultado de una estrella que ha agotado su combustible nuclear y ha pasado por una serie de procesos en los cuales arroja sus capas externas al espacio. Lo que queda en el centro es el núcleo caliente de la estrella, conocido como enana blanca.
Lo que hace que Messier 57 sea especialmente interesante es su forma característica de anillo o toro. Este anillo está compuesto por gas y polvo que fueron expulsados por la estrella en su fase de gigante roja. La estrella central, una enana blanca caliente, emite radiación ultravioleta que hace que el gas brille. Esto crea el espectacular aspecto visual del anillo.