En el vasto silencio del espacio, un cometa esconde un secreto musical. En el año 2014, los científicos del Consorcio Rosetta Plasma (RPC) se llevaron una sorpresa cuando detectaron que el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, mejor conocido como 67P/CG, estaba “cantando” mientras realizaba su viaje alrededor del Sol.
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¿Cómo puede un cometa emitir sonidos en el vacío del espacio? La respuesta reside en oscilaciones en el campo magnético que rodea al cometa, de acuerdo con el informe de Nat Geo.
El cometa 67P/CG, mientras viaja por su órbita alrededor del Sol, atraviesa una corriente de líneas de campos magnéticos y gas cargado eléctricamente procedente del Sol. Esta interacción con la atmósfera de gas y polvo, también conocida como coma del cometa, da lugar a una magnetosfera cometaria inducida.
A pesar de que el núcleo del cometa carece de su propio campo magnético, la coma del cometa está magnetizada, y esta interacción entre el plasma y la coma es lo que generó las ondas captadas por el magnetómetro de la sonda Rosetta. Es importante recordar que el plasma, el cuarto estado de la materia, es un gas eléctricamente conductor capaz de transportar campos magnéticos y corrientes eléctricas.
Una sorprendente melodía
El descubrimiento de estas ondas, plasmado en un artículo publicado en la revista Annales Geophysicae, tomó al equipo por sorpresa. Aunque en encuentros previos con otros cometas ya se había medido la actividad de su campo magnético, esta era la primera vez que se detectaban ondas de esta naturaleza en un cometa.
¿Qué produce la enigmática canción del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko? Los científicos del RPC sospecharon que estaba relacionada con la actividad del cometa y las partículas neutras que libera al espacio.
La radiación ultravioleta del Sol ioniza átomos y moléculas, generando iones recién nacidos. En el ambiente de plasma que rodea el núcleo del cometa, estos iones se mueven perpendicularmente al campo magnético, creando una corriente eléctrica de campo cruzado. Esta corriente es inestable y es la responsable del “canto” del cometa.
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Explicado de manera sencilla, es como si el cometa estuviera bailando al son de su propia música. Una analogía útil para entender este proceso es pensar en una manguera en un jardín. Si el agua fluye libremente, la manguera puede oscilar y producir ondas. En el caso del cometa, en lugar de agua, es un flujo de partículas cargadas que interactúan con la coma del cometa lo que genera la intrigante canción.
Sin embargo, la frecuencia de la canción es mucho más baja que lo que el oído humano puede detectar, oscilando entre 40 y 50 milihercios. Para que podamos escuchar este fenómeno, las frecuencias han tenido que ser amplificadas en un factor de aproximadamente 10.000.
