Un buen café siempre es bueno a cualquier hora del día y en cualquier lugar del mundo… incluso más allá. La Estación Espacial Internacional contó con su propia máquina para la bebida entre 2015 y 2017: ISSpresso.
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Los astronautas toman café en sus misiones desde el principio de las exploraciones, en los años 60. Contaba Michael Collins, el piloto que llevó a Neil Armstrong y Buzz Aldrin a la Luna en 1969: “Detrás de la Luna estaba solo, completamente solo. Pero me sentí muy cómodo. Incluso tomé café caliente”.
Su nombre es una mezcla entre las siglas en inglés de la estación (ISS) y el espresso (café expreso, en italiano), y fue construida por las empresas Argotec y Lavazza, junto con la Agencia Espacial Italiana.
Argotec es una firma de ingeniería, mientras que Lavazza es una empresa de café.
En 2014, ambas empresas se asociaron para ver la posibilidad de crear la máquina, uniéndose posteriormente a la ASI, que llevó la idea de la Estación Espacial Internacional.
La máquina, de 20 kilogramos, llegó al laboratorio en órbita en mayo de 2015, pero necesitó de dos viajes. El primero, a finales de octubre de 2014, sufrió un problema: el carguero Cygnus, que la trasladaba, hizo explosión tras el despegue.
Ya el segundo viaje no tuvo inconvenientes.
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Pero, ¿cómo funcionaba la máquina de café en la Estación Espacial Internacional?
Así funcionaba ISSpresso, la máquina de café de la Estación Espacial Internacional
ISSpresso trabajaba con cápsulas de café, y la bebida caliente se pasaba a un vaso de plástico impreso en 3D, diseñado especialmente para funcionar en gravedad cero.
“Cada detalle ha sido estudiado para afrontar de la mejor forma posible la difícil gestión de líquidos a alta presión y temperaturas elevadas en el ambiente espacial de microgravedad”, explicaba Antonio Pilello al diario español El Mundo.
Luego de introducir una cápsula de café premolido, el agua se calentaba a 93 °C y se bombeaba a través de una tubería de acero, presurizando el café, que luego se bombeaba a una bolsa de bebida.
“El resultado es un café mucho más apetecible para los astronautas que ya han perdido suficientes comodidades en el espacio”, señalaba el portal especializado Coffee or Die.
La primera persona en probar un espresso de la máquina en el espacio fue la italiana Samantha Cristoforetti, el 3 de mayo de 2015.
Luego publicaría una foto de sí misma tomando su café expreso en Twitter. “Café: la suspensión orgánica más fina jamás diseñada. ¡Espresso fresco en la nueva taza Zero-G! Preparados audazmente”, escribió Cristoforetti en su cuenta.
Siempre se hizo más cómodo para los astronautas tomar el café en su tradicional bolsa de plástico con pajita.
También se desarrolló una taza con un diseño específico para evitar que el café se derramara. Hablamos sobre ella hace algún tiempo en FayerWayer, te dejamos acá el link.
El uso de la máquina no fue solo por un tema de gustos, sino también científico. “Hasta el domingo, no sabíamos exactamente cómo reaccionaba el fluido caliente a alta presión”, relataba en su momento Roberto Battiston, presidente de la ASI. “Ahora lo hacemos”.