Recientemente se conoció que había una gigantesca mancha solar, cuatro veces más grande que el planeta Tierra. Aunque afortunadamente no fue a mayores, esta aparición generó preocupación en la comunidad científica, no por el hecho en sí, sino por la rapidez con la que se expandió.
¿Qué es una mancha solar? Las manchas solares son áreas que aparecen oscuras sobre la superficie del Sol, de acuerdo con la NASA. Ocurren porque son sitios más fríos que otras partes del astro rey.

Pueden generar perturbaciones eruptivas, tales como erupciones solares y eyecciones de masa coronal (CME).
Cuando hablamos sobre “sitios más fríos”, la diferencia entre un área y otra puede ser de unos 2 mil grados centígrados, como explica el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos.
“La región oscura central, la umbra, está a unos 3.500 grados centígrados, mientras que la fotósfera circundante está a unos 5.500 °C”, señala la institución.
¿Cómo puede afectar la Tierra una mancha solar?
La frecuencia y la intensidad de las manchas solares visibles en la superficie indican el nivel de actividad solar durante el ciclo de 11 años. Este es impulsado por el campo magnético del Sol.
Apunta el portal especializado Space que “las manchas solares son nuestra ventana al complicado interior magnético del Sol, y han fascinado a los observadores durante cientos de años”.
¿Cómo pueden afectar a la Tierra? Por las posibilidades de erupciones solares y eyecciones de masa coronal. Aunque nuestro planeta tiene el campo geomagnético para evitar las de mayor intensidad, siempre puede haber algún daño a satélites u otros elementos comunicacionales.
Los científicos del Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA analizan las regiones de manchas solares diariamente, con el fin de estimar las posibles amenazas.
De acuerdo con Space, los investigadores “supervisan y registran los cambios en el tamaño, el número y la posición de las manchas solares, para evaluar la probabilidad de una erupción solar y / o CME de una región activa”.

