El telescopio espacial Hubble, una de las maravillas científicas de la humanidad, se lanzó al espacio con un defecto que afectaba la calidad de sus imágenes. Sin embargo, la increíble hazaña de encontrar y aplicar una solución a este problema, aunado al desafío adicional de llevar a cabo la instalación en pleno vuelo orbital, se convirtió en un hito histórico.
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Desde su lanzamiento hace más de 33 años, el telescopio Hubble ha capturado imágenes históricas y ha contribuido a importantes descubrimientos en el campo de la astrofísica. Al inicio de su misión, se descubrió un grave defecto en su espejo principal, cuyo diámetro alcanza los 2 metros y 40 centímetros.
Como explica Muy Interesante, durante el proceso de fabricación y pulido del espejo, se introdujo una aberración esférica que provocaba distorsiones y desenfoques en las imágenes captadas por el telescopio. Aunque algunas de las imágenes superaban a las obtenidas por telescopios terrestres, no alcanzaban la calidad requerida para justificar la inversión multimillonaria realizada en el diseño, construcción y puesta en órbita del Hubble.
El problema radicaba en que el perímetro exterior del espejo presentaba una superficie demasiado plana, lo que hacía que la luz se reflejara de manera distinta en comparación con la luz reflejada en el centro. Si bien esto no afectaba significativamente a los objetos más brillantes, la pérdida de luz generaba problemas al capturar objetos tenues o imágenes que requerían un mayor contraste.
Como resultado, los estudios cosmológicos y las observaciones del universo antiguo se veían comprometidos, lo que requería una solución para poder utilizar el telescopio Hubble según lo planeado.
¿Cómo lo solucionaron? Con “lentes”
LA NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) optaron por una solución correctiva en lugar del reemplazo completo. Se desarrolló un sistema que compensaba el error original mediante un defecto idéntico pero opuesto, conocido como Corrective Optics Space Telescope Axial Replacement (COSTAR).
En diciembre de 1993, durante una misión del transbordador espacial Endeavour, se llevó a cabo la instalación del sistema correctivo. La misión duró 10 días y contó con la participación de seis astronautas de la NASA y un astronauta de la ESA.
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Durante cinco actividades extravehiculares, que sumaron varias horas de trabajo, se instaló el sistema correctivo junto con otras mejoras electrónicas e informáticas. Este sistema funcionaba como unos lentes para el telescopio Hubble, corrigiendo los defectos del espejo principal.
Es importante destacar que telescopios como el James Webb no pueden recibir este tipo de mejoras. Esto se debe, en parte, a que no fueron diseñados teniendo en cuenta la posibilidad de reparaciones en órbita y, además, su órbita alrededor del punto de Lagrange L2 del sistema Tierra-Sol dificulta su acceso.
