La NASA mandó a Marte a un pequeño helicóptero: Ingenuity. Es el compañero del rover Perseverance y su construcción y funcionamiento era muy experimental, por no decir que se le tenía “poca fe”. La meta era que realizara tres vuelo: lleva más de 40. Incluso ha sido sobreviviente al crudo invierno de Marte.
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Pero todos estos logros no han estado libres de “accidentes”. En los vuelos 46 y 47 lngenuity fue a una región peligrosa llamada Tenby, que está clasificada como una zona “científicamente importante”. Las imágenes capturadas “fueron desafortunadamente de poco valor práctico”, pero en el vuelo 48 la cosa cambió y Ingenuity sobrevoló otras zonas llamadas Castell Henllys y Foel Drygarn, donde logró imágenes de gran valor.
Sin embargo, tras ese éxito, los ingenieros de la NASA hicieron —tras un par de intentos fallidos— un nuevo vuelo, el 49, para que Ingenuity se acercara al muro sur del cráter de Belva: en ese lugar el pequeño amigo dejó de responder.
Durante seis días marcianos (de 24 horas, 39 minutos y 35,244 segundos) Ingenuity no daba señal. Ya habían vivido problemas para “despertar” a Ingenuity antes. El Rover también presentaba problemas. Casi una semana después se recibió un ACK (confirmación de señal recibida por radio).
¿Cuál fue el problema?
Eran dos. El primero, que la topología entre el rover y el helicóptero complicaba que las señales de radio que se usan entre esos vehículos se transmitieran.
El segundo, que la antena HBS del Ingenuity está situada en su parte inferior derecha, algo que puede dificultar las comunicaciones en condiciones complejas. El pequeño tendrá un complejo escenario en los próximos días.
Ya que en la NASA explicaban que aunque ahora llega el verano marciano, los paneles solares de Ingenuity tienen bastante polvo y eso hará que el helicóptero entrará en modo de ahorro de energía a menudo. “Esto significa que, para disgusto de su equipo, aún no hemos terminado de jugar al escondite con el pequeño helicóptero”, concluían.