La Luna, esa misteriosa vecina de la Tierra, siempre nos ha causado curiosidad. Visitada varias veces entre los años 60 y 70, se espera que para la década que corre vuelva a contar con astronautas en su superficie.
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A medida que se acercan más desafíos para el Programa Artemis, continúan apareciendo hallazgos sobre nuestro satélite natural. El más reciente confirma de qué material está hecho su interior: hierro. Pero, ¿es sólido o fundido?
Arthur Briaud, del Centro Nacional Francés de Investigación Científica, dirigió el trabajo sobre nuestro satélite natural, publicado en Nature.
“Nuestros resultados cuestionan la evolución del campo magnético de la Luna gracias a su demostración de la existencia del núcleo interno, respaldando un vuelco global del manto”, dijo Briaud.
¿De qué está hecho el interior de la Luna?
Según los científicos franceses, el interior de la Luna es de hierro sólido, con un núcleo externo fluido.
Para llegar a la conclusión, Briaud y sus compañeros analizaron datos sísmicos. La forma en las que las ondas acústicas generadas por los terremotos lunares se mueven han ayudado a crear un mapa del interior del cuerpo.
Ahora los científicos van más allá, ahora apoyados por las nuevas tecnologías. Recopilaron datos de misiones espaciales y experimentos de alcance de láser lunar, para compilar un perfil de varias características lunares, llegando a la conclusión antes descrita.
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El material más denso dentro de la Luna cae hacia el centro y el menos denso sube.
Lo decisivo, es que el núcleo lunar es muy similar al de la Tierra, con una capa exterior fluida y un núcleo interior sólido. Según el modelo planteado por Briaud y compañeros, el núcleo exterior tiene un radio de 362 kilómetros, y el interior posee uno de 258 kilómetros, cerca del 15% del radio total del satélite.
La densidad del núcleo interno es de 7.822 kilogramos por metro cúbico… muy cerca de la densidad del hierro.
Al final, la Luna y la Tierra tienen más cosas en común de lo que se pensaba.
