Los agujeros negros se ubican entre los fenómenos espaciales más extraños del universo. Gracias a la impresionante fuerza gravitacional que registran nada es capaz de escapar de ellos, ni siquiera la luz. Por lo tanto estudiarlos es muy complejo, ya que se depende de todo lo que ocurre a su alrededor que suele ser en forma de anillo y a miles de años luz de distancia.
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Hay un montón de agujeros negros regados por el espacio. La primera imagen del de nuestra galaxia apenas se tuvo en el 2019 y cada uno ha registrado comportamientos diferentes en sus alrededores.
Sin embargo, sobre ninguno había sido detectado una estela de estrellas masivas en su viaje universal. Es impresionante como gracias al Telescopio Espacial Hubble, que comparten la NASA y ESA, se haya captado en una imagen al agujero negro y a su rastro.
Se trata de una estela que se extiende al menos unos 200 mil años luz de distancia. Eso es el doble de la Vía Láctea, según datos obtenidos del sitio Teche Blog. El agujero negro en cuestión, situado en la característica de los súpermasivos, tiene una masa de 20 millones de soles.
Explican que este comportamiento de dejar nacimiento de nuevas estrellas en su paso es debido a que en su viaje el gas se va enfriando, y esto provoca un choque con el calor del movimiento y la radiación de un disco de acreción. En su mismo viaje se aprecia un nudo brillante de oxígeno ionizado.
“Esto es pura casualidad que nos topamos con él. Estaba escaneando la imagen del Hubble y luego noté que tenemos una pequeña raya. Inmediatamente pensé, ‘oh, un rayo cósmico golpeando el detector de la cámara y causando un artefacto de imagen lineal’. Cuando eliminamos los rayos cósmicos nos dimos cuenta de que todavía estaba allí. No se parecía a nada que hayamos visto antes”, explicó Pieter van Dokkum, profesor de astronomía y física en la Universidad de Yale.