Sin el campo magnético terrestre no podríamos vivir. Tan sencillo como eso. La vida en la Tierra no existiría, debido a las durísimas condiciones que afrontaría nuestro planeta.
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El campo magnético es un escudo de fuerza que rodea a nuestro planeta, una especie de coraza invisible. También se le conoce como campo geomagnético.
Pero vamos a repasarlo con cinco datos fundamentales, para entenderlo mejor.
¿Cuál es el origen del campo magnético terrestre?
Según los científicos, el campo geomagnético nace por la rotación de la Tierra sobre su propio eje y el movimiento del hierro fundido en el núcleo de nuestro planeta. Sus polos son el norte y el sur, ubicados en las zonas respectivas.
La Tierra opera como un geodínamo: al desplazarse fluidos conductores en su interior, nacen las corrientes eléctricas que dan pie al campo geomagnético.
¿Cuándo se formó?
El portal Principia señala que la Tierra posee un campo magnético desde hace unos 3.400 millones de años, pero la formación total ocurrió hace 2.000 millones. ¿Por qué? Porque la estructura interna de nuestro planeta en sus inicios era muy diferente a la actual, afectando al hierro y al níquel.
¿Cómo podemos sentir el magnetismo terrestre?
Simplemente con utilizar la brújula: la aguja apunta siempre al norte por el tema magnético. Pero también lo podemos ver en las auroras boreales y australes, cuando los elementos exteriores chocan contra el campo, originando el nacimiento de los colores turquesa y rosa en las zonas cercanas a los polos.
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¿Por qué es importante para la Tierra el campo magnético?
Gracias a la magnetósfera las partículas ionizadas que emite el Sol esporádicamente no chocan de lleno contra nuestro planeta. Si lo hicieran, destruirían la capa de ozono, permitiendo la entrada de la radiación solar, acabando con el ADN de los seres vivos.
Además, el calentamiento del planeta sería muchísimo mayor, imposibilitando en una nueva manera la vida en la Tierra.
¿Es cierto que ha ido disminuyendo con el paso de los años?
Sí. El portal Humanidades explica que desde que el campo geomagnético se detectó en el siglo XIX, su decaímiento ha sido del 10%. Las mediciones se realizan con satélites espaciales que utilizan magnetómetros de tres ejes.