Construida hace más de 2 mil años, la Gran Muralla China defendió al país de las invasiones de pueblos enemigos. En la actualidad es un Patrimonio de la Humanidad que puede ser visto fácilmente desde el espacio vía satelital.
Incluso, los astronautas de la Estación Espacial Internacional pueden fotografiarla, y la vista es sencillamente impresionante.
Es prácticamente un dragón serpenteante que durante siglos sirvió como protección a China, con el muro dividido entre dos grandes líneas, la sur y la norte. Muchos fragmentos se encuentran cerca de Beijing, la capital.
Originalmente midió unos 21.200 kilómetros, aunque en la actualidad solo se conserva un 30% de ella. En promedio, mide de 6 a 7 metros de alto y de 4 a 5 metros de ancho.
Los arqueros mongoles, los más temidos por los chinos, no podían hacer mucho sin sus caballos. Por ello, la Gran Muralla China evitó que pudieran asaltar el país.
La obra de ladrillo y piedra es calificada como un milagro en la historia de la arquitectura antigua, ya que sumando todos los tramos de la muralla, construidos en distintas dinastías, la longitud es enorme.
La Gran Muralla China, de obra maestra de ingeniería militar a Patrimonio de la Humanidad
Cada torre de defensa tenía una guarnición de entre 30 y 50 hombres, según National Geographic, que servía en turnos de cuatro meses. En la torre, los soldados vivían, guardando sus pertrechos y alimentos.
Las condiciones de vida eran durísimas, ya que los soldados estaban expuestos al viento y al frío, muchas veces sin ropa e, incluso, comida.
Pero lo que antaño fue una obra maestra de ingeniería militar, desde 1987 es catalogada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Miles de visitantes acuden al sitio para fotografiarse y poder disfrutar del paisaje, convirtiéndose en parte de la historia.
Y desde el espacio, tanto astronautas como satélites, pueden captar la inmensidad de la Gran Muralla China. En este video puedes ver cuál es el aspecto de la inmensa y milenaria obra.