Tal vez no todo mundo lo sabe. Pero los astronautas tienen una curiosa y un tanto escatológica tradición que repiten de manera religiosa cada vez que están a punto de ir a la plataforma de despegue para subir al cohete que los llevará al espacio. Sea en Rusia, Europa o Estados Unidos.
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Siempre sucede lo mismo desde hace más de medio siglo, el autobús que los llevará al sitio de la nave se detiene a medio camino, los miembros de la tripulación baja y entonces ahí deciden orinar sobre una de las ruedas traseras del vehículo.
En todas y cada una de las ocasiones sucede exactamente eso. En algo que no muchos conocen la historia que hay detrás de este gesto que a estas alturas se ha convertido en realidad en un sentido tributo a uno de los momentos más determinantes para la historia de la exploración espacial.
El día de hoy les compartimos cómo fue que nació esta costumbre de orinar sobre un autobús antes de despegar y cómo es que ha ido evolucionando con el paso de las décadas.
Los astronautas orinan las ruedas por culpa e Yuri Gagarin
La historia de la exploración espacial está llena de anécdotas y momentos críticos para cada miembro de cada misión en donde su vida pudo ser puesta en peligro. Sobre todo al inicio de esta clase de incursiones.
En los días de la Guerra Fría, donde Estados Unidos y Rusia competían básicamente en cualquier terreno posible uno de los logros más anhelados y perseguidos era ver qué nación lograba el primer viaje espacial.
Fue así como nació la NASA y la Agencia Espacial Rusa Roscosmos. Cada entidad trabajó a marchas forzadas para lograr la hazaña pero fue Rusia quien logró esa primera exploración fuera de este mundo, literalmente.
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Yuri Gagarin fue el hombre que pudo ir al espacio por primera vez al espacio para regresar sano y salvo. Si han leído las crónicas de toda la proeza notarán que las posibilidades de que se hubiera matado eran más que elevadas, pero milagrosamente no sucedió.
De modo que, como relatan los amigos de Live Science, los astronautas han intentado replicar todo lo que hizo Gagarin en aquella misión, en un acto que ya va a medio camino entre el ritual, el tributo y la superstición para que todo salga bien.
Uno de esos actos involucra detenerse a la mitad del camino hacia el cohete para orinar sobre la rueda trasera del autobús de transporte.
Gagarin fue el primero que lo hizo y desde entonces todos los astronautas repiten el ritual religiosamente. Aunque ahora llevan su orina en un frasco porque quitarse el traje resulta imposible.