Un exingeniero de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) llevó su experimento a otro nivel y lanzó un huevo desde el espacio para ver si lograba sobrevivir al impacto en la Tierra.
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Fue a través de una pequeña sonda, es decir, sin el elemento humano, que el científico puso a prueba su teoría.
¿Cómo es posible hacer esto sin que el huevo se rompa? Después de todo, la velocidad y la fuerza del impacto al entrar en la atmósfera terrestre podrían ser suficientes para convertir el huevo en una pequeña y pegajosa explosión de yema y clara.
En su canal de YouTube, Mark Rober, mostró la forma en la que desarrolló un proceso que encontrara formas de proteger al huevo durante el viaje desde el espacio al planeta Tierra.
Según contó no utilizó algodón, espuma o alguna caja especialmente diseñada para soportar el impacto. Rober lanzó el huevo solo y en la Tierra solo colocó una especie de colchón de goma espuma que amortiguara la caída.
¿Cómo lo hizo?
Antes de elegir el cohete y el globo con el que llevó y sostuvo el huevo en el espacio, calculó la velocidad que el huevo podía alcanzar en la caída y entrada a la atmósfera. La ecuación le dio que era 75 kilómetros por hora.
Entonces, hizo primero el experimento de la velocidad en forma horizontal y vio cómo el huevo no se rompió. De esta manera, mandó el huevo a la órbita baja y lo dejó caer.