Lo llaman superdiamante porque supera en dureza y fuerza a los de la Tierra. Se formó en un planeta extinto y llegó a nuestro mundo a través de un meteorito. Tan extraña como misteriosa, así es la Lonsdaleíta.
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Fue Andy Tomkins, un geólogo que estaba realizando trabajo de campo en el noroeste de África, quien se topó con el mineral mientras investigaba meteoritos, de acuerdo con el informe publicado en el sitio web de Urban Tecno.
La Lonsdaleíta es una forma extremedamente dura de diamante y los científicos creen que se origina mediante un proceso diferente los diamantes de la Tierra.
Los diamantes tradicionales se originan cuando el grafito se exprime lentamente por las presiones en las profundidades del manto terrestre. Por su parte, la lonsdaleita se formaría en el caos de una colisión catastrófica en el espacio interplanetario.
La composición de la Lonsdaleíta
Su composición también sería diferente. Si bien es un cristal hecho de carbono, su estructura conserva la forma hexagonal del grafito, algo que no pasa con los diamantes terrestres. Además, es mucho más delgado que un cabello humano, lo que dificulta su análisis en laboratorios.
Fue en 1967 cuando un grupo de científicos encontró este extraño material, identificado en un meteorito muy particular llamado ureilita.
El urelita se habría originado en un planeta enano que se extinguió hace mucho tiempo, lo que podría indicar que sus restos están rondando por todo el Sistema Solar en forma de meteorito.
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Lo anterior sostiene la teoría del origen del diamante interestelar, que se habría producido por colisión y no por presión como un diamante terrestre. Sin embargo y curiosamente, otros investigadores tienen otra hipótesis.
Estos científicos analizaron por microscopía electrónica a 18 muestras del meteorito ureilita y llegaron a la conclusión de que la lonsdaleita puede formarse naturalmente y hasta en el laboratorio. Eso deja la puerta abierta a su desarrollo a nivel industrial y usarla para fabricar piezas de máquinas o anillos raros.