Espacio

Belka y Strelka, las primeras perritas que fueron al espacio y volvieron con vida

El 20 de agosto de 1960, las perras Belka y Strelka, enviadas al espacio por la Unión Soviética, sobreviven a su misión.

En la carrera espacial, las potencias mundiales realizaron experimentos con animales que, algunas veces, terminaban mal. Sin embargo, el primer que finalizó de manera positiva ocurrió el 20 de agosto de 1960, cuando las perras Belka y Strelka, enviadas al espacio por la Unión Soviética, sobrevivieron a su misión.

Durante los años 50, la URSS comenzó a trabajar con canes para probar sus misiles y cohetes. Los primeros registrados fueron Dezik, Tsygan y Lisa, en 1951, realizando vuelos suborbitales que superaron sin mayores problemas.

En 1957, los soviéticos fueron más allá: era el turno de llevar perros al espacio. Laika, a bordo del Sputnik 2, fue la primera en orbitar nuestro planeta, el 3 de noviembre de 1957.

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No obstante, la animalita falleció entre las cinco y siete horas del despegue, debido al estrés y a un colapso térmico. Esto se conoció varias décadas después, ya que en su momento los soviéticos mintieron sobre el tiempo, la causa y la forma de muerte.

VICE cuenta que, “durante todo el proceso, Laika estaba completamente aterrorizada. Durante el lanzamiento su corazón latía tres veces más rápido de lo normal (…) poco después que bajó su nivel de estrés, Laika estuvo expuesta a una espiral de calor y humedad con más de 37 °C, lo que terminó matándola”.

Belka y Strelka, juntas al espacio

Tras la experiencia negativa de Laika, le tocó el turno a Belka (Blanquita) y Strelka (Estrellita). Dos perritas de la calle (los soviéticos preferían las hembras, ya que no necesitaban levantar una patita para orinar, además de llevar mejor el estrés por el espacio) que viajaron a bordo del Sputnik 5.

Pero no eran los únicos animales en el vuelo: también estaban un conejo gris, 42 ratones y dos ratas, junto con plantas y hongos.

Quienes estaban atentos con el programa espacial soviético se preocupaban por las consecuencias del viaje de Belka y Strelka. Estarían todo un día en órbita, partiendo el 19 de agosto de 1960.

Las perras cosmonautas eran evaluadas constantemente por unos dispositivos que medían su presión arterial, el ritmo cardíaco, la actividad cerebral y mucho más, de acuerdo con el portal Starwalk Space.

“Todo esto se hizo para proteger a las perritas y aprender cómo las tensiones del vuelo espacial podrían afectar a seres humanos”, apunta el portal. “La nave espacial estaba equipada con una cámara de televisión que enviaba imágenes de las perras a la Tierra”.

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Un día más tarde, todos volvieron a salvo a la Tierra. Fueron consideradas heroínas, cuidadas hasta el final de sus días.

Para 1961, Yuri Gagarin se convertía en el primer hombre en llegar al espacio, tras todos los experimentos con animales realizados por la URSS.

La perrita que “ayudó” al descongelamiento de relaciones entre soviéticos y estadounidenses

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De hecho, Strelka tuvo seis cachorros con un perro llamado Pushok, y uno de ellos, Pushinka, fue regalada por el presidente soviético Nikita Krushchov a su par norteamericano, John F. Kennedy, como parte del clima de deshielo en las relaciones entre ambos países.

Pushinka y el perro de la Casa Blanca, Charlie, tuvieron cuatro cachorros en plena Guerra Fría.

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A diferencia de los soviéticos, los norteamericanos preferían enviar monos al espacio. Aquí contamos la historia de Able y Baker, las dos primeras monitas que sobrevivieron a un vuelo espacial, luego de seis de estos animales fallecidos en racha.

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