Los “diablos de polvo”, traducción libre del inglés “dust devil”, son remolinos potentísimos generados en lugares áridos. De acuerdo con la NASA, el cráter Jezero es el lugar más activo en el planeta Marte.
Un grupo de investigadores, varios de ellos miembros de la NASA, analizó el ambiente del cráter en un trabajo titulado El entorno atmosférico y eólico dinámico del cráter Jezero, Marte. El artículo se publicó en la revista Science Advances.
Lo hizo utilizando datos de la Misión Mars 2020 de la agencia aeroespacial, con el rover Perseverance en la zona. Se enfocó en los primeros 216 soles (días) del aparato en el planeta rojo, con imágenes que provienen principalmente de la cámara de navegación principal de Perseverance.
Los sensores de radiación y polvo, parte del Mars Enviromental Dynamics Analyzer (MEDA), proporcionan datos adicionales.
Las tormentas de polvo, “diablos de polvo”, cubren al planeta casi todo el tiempo, dándole a Marte un tono amarillo azafrán. ¿De dónde salen tantos torbellinos?
De superficies rugosas y dunas. La fuerza del viento levanta el polvo, generando los torbellinos, unas veces más potentes que otras. El más grande de los que Perseverance ha registrado creó una nube que alcanzaba los 4 kilómetros cuadrados.
“Creemos que estas ráfagas de levantamiento son poco frecuentes, pero podrían ser responsables de una gran fracción del polvo de fondo que flota todo el tiempo en la atmósfera marciana”, apuntó la autora principal del artículo, Claire Newman, de Aeolis Research, una empresa de investigación centrada en las atmósferas planetarias.
Los “diablos de polvo” de Marte pueden ayudar a las misiones de la NASA, pero también afectarlas
Son las dos caras de la moneda para las misiones terrestres en Marte: con una fuerza leve, quitan el polvo de los paneles solares, como ocurrió con el módulo de aterrizaje Insight en la región de Elysium Planitia; pero al ser tan constantes, el polvo se adhiere a los paneles, afectándolos.
También, la fuerza puede ser mucho mayor, dañando los sensores de vientos como, le ocurrió a MEDA.
“Cada vez que aterrizamos en un nuevo lugar en Marte, es una oportunidad para comprender mejor el clima del planeta”, manifestó Newman. “Tuvimos una tormenta de polvo regional justo encima de nosotros en enero, pero todavía estamos en medio de la temporada de polvo, por lo que es muy probable que veamos más ‘diablos de polvo”.
Para Manuel de la Torre Juárez, investigador de MEDA en el Jet Lab, “el cráter Jezero puede ser una de las fuentes de polvo más activas del planeta. Todo lo nuevo que aprendamos sobre el polvo será útil para futuras misiones”.