Actualmente, Juan Óscar Pérez es un hombre, gaucho, trabajador de la zona rural de Venado Tuerto, localidad de la provincia de Santa Fe, en Argentina. Pero este argentino vivió, según su relato, una inexplicable experiencia a los 12 años: se subió a un OVNI y se comunicó con extraterrestres.
Cuando era niño, Juan estaba en el medio del campo con su caballo, cuando, según explicó en un documental para History Channel y citado en el sitio web de ElOnce, vio un objeto volador no identificado.
Juan contó que se subió a la nave y tuvo contacto con uno de los extraterrestres: “Era como una casilla, pero con una cúpula alta y redonda. Quise entrar. Se prendieron como unas luces de muchos colores y como el caballo tenía miedo lo até a una escalera enorme que salía, que recuerdo que era gris y estaba muy fría”.
Para su mala fortuna, en su traumática experiencia perdió a su perro, que quedó dentro del OVNI y a quien describió como su mejor amigo.
La idéntica experiencia de su mamá
Este extraño episodio cambió la vida de Juan, quien se alarmó aún más supo la historia de su madre y le dio vida a una premonición.
El 6 de septiembre de 1978, la mamá de este hombre también tenía 12 años y caminaba en el campo con su perro, cuando una misteriosa luz proveniente de una nave iluminó el cielo y se llevó al canino ovejero.
La mamá de Juan Pérez no fue la misma desde esa experiencia extraterrestre. Según contó el hombre, su madre tiene premoniciones: “Tiene una percepción especial”.
Contó la anécdota de su nieto Nicolás. La señora sintió, semanas atrás, que le había pasado algo. “Está sangrando Nico”, dijo la mujer. Pocos minutos después recibió un llamado de su cuñada advirtiéndole lo que le pasó.
La última “experiencia alienígena” de esta familia santafesina fue reciente, cuando una luz iluminó el cielo del campo y se veía un intenso resplandor.
El argentino contó que su madre se metió adentro de la casa, desesperada ante la posibilidad de tener un nuevo contacto con estos “seres”. Mientras tanto, una hermana de Juan contemplaba, atónita, como un perro le ladraba a la nave que flotaba a cuatro metros del suelo, y desde ese día, el animal nunca volvió a su casa.
Esta es una historia real. Supuestamente.