Corría el segundo mes del 2020 y el covid-19 era un tema que se comenzaba a mencionar en los medios de comunicación sin mucho foco de atención. La ESA, en un trabajo que contó con la colaboración de la NASA aprovechaba para realizar su último lanzamiento antes de encerrarse por completo: el Solar Orbiter.
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Cómo bien lo dice su nombre, esta sonda espacial es una herramienta que orbita alrededor del Sol, como todos los cuerpos de nuestro sistema planetario.
Sin embargo, la sonda de la Agencia Espacial Europea tiene una gran diferencia, pretende acercarse como nunca antes lo ha hecho cualquier otro objeto, sin morir en el intento.
A esos acercamientos se les conoce con el nombre de perihelio. El Solar Orbiter ha realizado cuatro en concreto, pero el reciente fue el que marcó una menor distancia.
Gracias a haber alcanzado esta corta separación, considerada como un hito en la historia de la ciencia, la sonda espacial realizó observaciones de regiones de Sol jamás exploradas.
De acuerdo con lo que publica el mismo portal de la ESA (Agencia Espacial Europea), el reciente perihelio fue de 0.32 Unidades Astronómicas (UA). Eso quiere decir que la sonda estuvo apenas a un tercio de distancia de lo que está la Tierra de nuestro astro rey.
Los tres anteriores oscilaron en aproximados a media UA; es decir un punto situado en todo el medio entre Sol y Tierra. En detalle, las distancias anteriores, con sus fechas fueron las siguientes: 0.52 el 15 de junio del 2020; 0.49 el 10 de febrero del 2021; 0.59 el 12 de septiembre y ahora registra las 0.32 del 26 de marzo del año en curso. Se espera una más cerca que se realizará el 13 de octubre del 2022 que llegará a 0.29.
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El erizo solar
Fue de esta manera que el Solar Orbiter logró obtener registro del erizo solar. Apenas dio una mirada y ya los científicos comienzan a deslizar teorías sobre la intensa actividad que ocurre en este territorio. No obstante, las conclusiones todavía están muy lejos. Indican que analizar a detalle solo la parte que han recogido puede llevar años.
De igual forma dicen que “las imágenes son realmente impresionantes”. Esta región es donde tiene lugar la mayor parte de la actividad solar que impulsa el clima espacial, explica David Berghmans, científico del Observatorio Real de Bélgica, y además encargado principal del instrumento de captura de imágenes ultravioletas del Solar Orbiter.
El erizo solar se extiende 25.000 kilómetros alrededor del Sol y tiene una multitud de picos de gas frío y caliente que se extienden en todas direcciones.
Ahora el trabajo que viene es comprender lo que significan estas grandes erupciones para el clima espacial, como influye en los planetas y, quizás lo más interesante, encontrar si precisamente este fenómeno conecta al Sol con la heliosfera; capa protectora que nos sirve de escudo ante la radiación que ocurre fuera de nuestro sistema planetario.
Resolver todo este asunto lleva mucho tiempo, pero hay un inicio. Por los momentos hay que esperar el próximo perihelio con la esperanza de que este acercamiento desentrañe nuevos secretos del Sol.