Brownsville era la ciudad más pobre de Texas y la segunda más pobre de toda Estados Unidos. Cercana a la frontera con México, hasta hace una década era poco conocida nacionalmente. Con el impulso de Elon Musk a la base de SpaceX en la cercana zona de Boca Chica, ha recibido una atención que, incluso, le está resultando incómoda para algunos lugareños.
PUBLICIDAD
El multimillonario le inyectó a la pequeña ciudad del Valle del Río Grande una cantidad enorme de dinero: su objetivo es que más profesionales de SpaceX vivan allí. Se habla que la Musk Foundation entregó a Brownsville 10 millones de dólares para la revitalización del centro de la ciudad.
La periodista Analía Llorente realizó un exhaustivo trabajo para la BBC sobre la localidad, donde el 94% de la población se percibe como hispana o latina.
Incluso, habitantes como el agente inmobiliario Bruno Zavaleta, definen: “No somos México y no somos Estados Unidos. Somos una mezcla”.
Los orígenes de Brownsville
Había sido fundada en 1849 por Charles Stillman, luego que recibiera el terreno como pago a sus servicios de transporte de tropas norteamericanas a través del Río Grande hacia México, en la guerra de 1846-1848.
Para 2016, la ciudad ubicada en el condado de Cameron contaba con algo menos de 680 mil habitantes.
El lema de la ciudad era “En la frontera, junto al mar”, y ahora se le agregó un “y más allá”, luego de la explosión protagonizada por la llegada de Musk y los suyos.
PUBLICIDAD
“SpaceX es solo el comienzo y, ciertamente, son el ancla, pero nos abrió las puertas a muchas otras cosas”, dijo Juan “Trey” Méndez, alcalde de la ciudad, en una conversación con Texas Monthly.
Pero no todos están de acuerdo con este impulso.
Desacuerdos sobre el proyecto de Elon Musk
Mientras que unos muestran su preocupación por la situación ambiental y sanitaria de Boca Chica y sus alrededores con la expansión de la base de SpaceX, otros critican que se estén dejando atrás a los habitantes para darles mejores trabajos a los que vienen desde afuera.
Un artista y fotógrafo local, Jonathan Cruz, dijo a Texas Monthly que “es molesto ver que decenas de miles de dólares de Brownsville no van a Brownsville.
“Si alguien que vive aquí fuera contratado para hacerlo (pone el ejemplo de un mural por el que se pagaron 20 mil dólares), comprará los materiales aquí, gastará su dinero aquí, contratará a sus amigos que son artistas aquí para ayudarlos. Ese dinero se queda aquí”.
Eddie Treviño, juez del condado de Cameron, considera que “el compromiso e inversión de SpaceX en Boca Chica ha inspirado a muchas personas a estar entusiasmadas con el futuro de Brownsville, del condado de Cameron y del valle”.
El alcalde Méndez defiende el auge de Brownsville y el de Texas en general por las inversiones de Musk. Para él, la ciudad será una “Silicon Valley del espacio” en el futuro.
“Queremos que nuestros estudiantes aspiren a metas elevadas, y tener industrias como las que están ahora lo hace muy real para ellos”, considera la autoridad.
El culto a la personalidad del jefe de SpaceX
Existe otro punto que separa a los ciudadanos de Brownsville: el aumento del “culto” a Musk. Los murales con el rostro del multimillonario han aumentado.
Uno dice “Boca Chica to Mars”, ufanados de la zona como sede de SpaceX.
Otro, con la imagen de Musk fumando marihuana en un episodio del podcast de Joe Rogan.
En un mural más, Musk viendo hacia las estrellas.
Y así, varios ejemplos que pone Texas Monthly, que dice: “Es como caminar por el Moscú de la era soviética y ver un sinfín de retratos de Lenin”.
Es parte de los nuevos tiempos en la pequeña ciudad de Brownsville. ¿Llegará el progreso para todos o es solo una ilusión pasajera?