Una mancha solar generó 17 erupciones solares, detectada por el Centro de Predicción del Tiempo Espacial (SWPC, por sus siglas en inglés) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, y ha provocado una tormenta geomagnética que desprende dos de esas enormes erupciones con rumbo a la Tierra, a una velocidad de 3 millones de kilómetros por hora (km/h).
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Tras el descubrimiento, se emitió un aviso de tormenta geomagnética, algo que venían pronosticando los expertos en los últimos días, luego de que el Sol mostrará cada vez más actividad a medida que su nuevo ciclo solar se hacía más violento, con ráfagas de actividad, manchas solares que expulsan energía magnética y liberaciones de partículas de movimiento rápido llamadas eyecciones de masa coronal (CME).
Según los científicos citados en T13, deslumbrantes auroras boreales podrían iluminar los cielos hasta el norte del continente americano. Pero la pregunta que nos hacemos todos es: ¿estamos en peligro?
¿Cómo nos afectarán las erupciones solares?
Las dos erupciones provienen de las regiones activas 12975 y 12976 del Sol, expulsadas el 28 de marzo, y se han fusionado en una “eyección de masa coronal caníbal”, dirigiéndose a la Tierra 3.027.599 km/h exactamente.
Según el SWPC, el resultado de estrellarse contra la Tierra es una potente tormenta geomagnética tipo G3, las cuales se clasifican como tormentas geomagnéticas fuertes y lo que significa que la explosión solar que se avecina podría llevar la aurora hasta el sur de Pensilvania, Iowa y Oregón, en Estados Unidos, asegura Live Science.
Pero tranquilidad, que no hay peligro. Se espera que la energía de la tormenta sea absorbida inofensivamente por nuestro campo magnético, aunque sí podría afectar a los satélites.
Las tormentas G3 pueden causar “problemas intermitentes de navegación por satélite y de radionavegación de baja frecuencia”, según el SWPC.
Por su parte, el Centro de Predicción del Tiempo Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), con sede en Estados Unidos, advirtió que podría producirse una carga en la superficie de los componentes de los satélites, que podría aumentar la resistencia en los satélites de órbita terrestre baja y que podrían ser necesarias correcciones por problemas de orientación.
El NOAA advirtió: “Pueden producirse problemas de navegación por satélite y de radiofrecuencia de baja frecuencia, la radio HF puede ser intermitente”.
Recientemente, en febrero, el 80 por ciento de los satélites de Starlink lanzados ese mes fueron destruidos por una tormenta solar, una información que fue confirmada por SpaceX.
Lo que hacen las tormentas solares es calentar la atmósfera y aumentar la densidad atmosféricas en bajas altitudes de despliegue. Según Space X, el dispositivo GPS a bordo de los satélites sugirió que la velocidad de escalada y la severidad de la tormenta hicieron que la resistencia atmosférica aumentara hasta un 50 por ciento más que durante los lanzamientos anteriores, afectando sustancialmente la misión.
Ese antecedente es un claro ejemplo de cómo pueden afectar estas nuevas dos erupciones solares a los satélites.