Para todos los que somos entusiastas de la astronomía y los temas espaciales no hay reclamo alguno: el anuncio del descubrimiento del Hubble anunciado por la NASA sobre la estrella Eärendel situada a 12.900 millones de años de distancia es una cosa más que sorprendente.
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Sin embargo, hay un grupo de no tan entusiastas que se sintieron un poco decepcionados después de que se publicó el descubrimiento que la NASA venía anunciando con bombos y platillos.
La agencia espacial estadounidense preparó al público desde el martes 29 de marzo con un anuncio del cual especificó que era una situación sin precedentes en la historia de la humanidad. No mintieron, pero la gente esperaba más.
Para ser más directos, la población siempre está a la expectativa de dos cosas. La primera es el típico anuncio que hemos visto en películas en las que un gobierno poderoso del mundo dice “hicimos contacto con los extraterrestres”. Y el segundo es “encontramos un planeta cercano que podemos habitar”.
Nadie, ni siquiera los científicos, saben cuando puede ocurrir alguna de estas dos cosas, si es que aluna vez llega a pasar. Pero la realidad es que la lógica indica que está lejos de suceder, aunque el espacio, por muy extenso o vasto que sea, no se va a dejar de explorar.
De esta manera, repasemos un poco el anuncio que la NASA hizo sobre el descubrimiento de la estrella Eärendel y entendamos por qué es tan importante el hallazgo de una luz que se encuentra a 12.900 millones de años.
Descubrimiento de Eärendel
El simple hecho de lograr detectar la luz individual de una estrella que se encuentra a una distancia que rompe cualquier récord jamás registrado debería ser suficiente para darle la importancia que se merece.
El espacio-tiempo que nos separa de Eärendel son 12.900 millones de años. Cuando existen este tipo de distancias es sumamente complicado detectar a una sola estrella por la luz que emite.
Por lo general, lo que ocurre en estos casos es que se estudia a los cúmulos estelares (galaxias) que cuentan con extensiones sorprendentes y miles de cuerpos celestes agrupados, pero por su lejanía, se ven como una pequeña luz para nosotros.
Juan Carlos Beamin, divulgador científico chileno conversó con el portal Cooperativa e indicó que la importancia recae en lo que podría revelar el estudio de una estrella que se ubica en el universo temprano.
La Eärendel probablemente sea de las primeras estrellas que se formaron en el universo y eso ayudaría a desentrañar o demostrar alguna de las teorías que explica cómo se formaron estos astros masivos como nuestro Sol.
“En la astronomía esta es una etapa de la que sabemos muy poco. Tenemos una teoría de cómo se forman las estrellas. Pero nos cuesta mucho explicar la formación de las primeras porque no habían elementos pesados”, dijo Beamin al portal citado.
Al principio del universo, según las teorías, “había hidrógeno, helio, una pizca de litio y nada más. Y con esos tres elementos se tuvieron que haber formado las estrellas en los que después se formaron todos los demás elementos: el carbono, el oxígeno, el oro, la plata... Pero cómo se formaron esas primeras estrellas es todavía un misterio”, sostuvo el divulgador.