Espacio

La poco conocida historia de la “segunda luna” capaz de orbitar a la Tierra y a otros planetas vecinos

Este objeto rocoso acompaña a la Tierra de forma dinámica y en su traslación se puede acercar a la órbita de Venus, Marte o Mercurio

NASA (Sebastian Carrasco/Europa Press)

Es impresionante la numerosa cantidad de objetos que habitan en el sistema solar al que pertenecemos. Tanto los lejanos cómo los cercanos; entre planetas y asteroides, se juntan para hacer una agrupación de una región bastante poblada en la inmensidad del vasto universo. Pero ¿sabían de la existencia de una “segunda luna”? Su historia es poco conocida y te vamos a detallar las características que hicieron que este cuerpo celeste se ganara (extraoficialmente) dicha calificación.

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Es conocido que en nuestro sistema solar hay planetas que tienen varias lunas a su alrededor. De hecho, aunque parezca asombroso es real: Saturno cuenta con 82 satélites naturales en su órbita; es el que más tiene. Lo sigue de cerca Júpiter, con 79 lunas a su alrededor.

La Tierra por su parte es un mundo un poco más “solitario” en este aspecto. Nuestro planeta, de manera oficial solo tiene una Luna. Sin embargo, hay un objeto que se gana el calificativo de “segunda luna” por su tamaño y sobre todo por su movimiento orbital.

Este mismo tiene la particularidad de acompañar a la Tierra en su órbita y además acercarse al mismo espacio de otros mundos cercanos como Venus, Marte y hasta Mercurio, según lo reseña el portal DW.

Cruithne Foto: cortesía.

La “segunda luna”

Científicamente esta “segunda luna” es un asteroide al que identificaron con el número 3753 o con el nombre Cruithne. Es de tamaño mediano, muchísimo más pequeño que la Luna. Su diámetro es de 5 kilómetros y lo consideran como otro satélite natural de la Tierra por su acompañamiento dinámico con nuestro planeta, algo que solo tiene nuestra diosa Selene.

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La existencia de este cuerpo celeste fue documentada por primera vez en 1997. DW explica que Cruithne circunda de manera cíclica a la Tierra en una órbita que los astrónomos llaman “de herradura superpuesta”.

Para definir este concepto, los expertos relatan en un informe que, en su trayectoria, el cuerpo celeste se desvía y retrocede justo antes de completar la elipse de su recorrido. Dicho fenómeno se desarrolla de manera repetitiva en la parte opuesta de la trayectoria.

Este extraño o particular comportamiento (cómo lo quieran llamar) hace que los científicos califiquen a la trayectoria de Cruithne como una “órbita caótica”. Es decir, que el cuerpo rocoso se mueve alrededor de la Tierra. No obstante, en su compleja dinámica se puede cruzar con las órbitas de Venus, la de Mercurio o incluso la de Marte.

La característica hace que los científicos señalen que el asteroide 3753 tiene un sistema co-orbital.

¿Se puede ver a simple vista?

A diferencia de nuestra luna, Cruithne no se puede ver con el ojo desnudo. Es necesario de telescopios u observatorios para poder establecer contacto visual con el cuerpo celeste. Además, es necesario ubicarse en regiones especificas que pueden ir cambiando dependiendo de la fecha en la que se quiera apreciar.

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