La NASA comenzará este año las pruebas de su avión supersónico X-59 QueSST, que construye junto a Lockheed Martin, y que realizaría vuelos comerciales en 2024 en Estados Unidos.
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Se espera que su primer vuelo se realice a fines del verano desde las instalaciones de la empresa Lockheed Martin en Skunk Works, Palmdale, California. Actualmente fue trasladado desde California a la sede de la compañía en Texas, donde se realizarán las pruebas base.
Según la NASA, sus pilotos lo volarán en 2024, para medir el ruido que hace y cómo reaccionan las comunidades con él. QueSST quiere decir Quiet SuperSonic Technology, y aquí es donde entra el punto clave del aparato.
Explica la agencia aeroespacial que cuando rompe la barrera del sonido, hará un ruido como de golpe, mas no un boom. Esa reducción puede llevar a un cambio en la regulación de Estados Unidos, permitiendo el vuelo supersónico comercial, actualmente prohibido.
Las pruebas iniciales del avión X-59 QueSST de la NASA y Lockheed Martin
La NASA mostró esta semana la imagen de su salida desde Skunk Works, con una especie de papel de regalo azul y un lazo cubriéndolo. Ahora en Texas, el avión será sometido a exámenes para soportar las cargas y tensiones que generalmente ocurren durante el vuelo.
El equipo de Lockheed Martin también calibrará los sistemas de combustibles, antes que el X-59 haga el viaje de regreso a California para más pruebas.
Walt Silva, científico investigador de la NASA y líder de estructuras del programa, señaló: “El avión ha sido diseñado con algunas herramientas bastante sofisticadas. Y ahora que está construido, el objetivo realmente es demostrar que puede manejar las cargas que va a encontrar durante el vuelo”.
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“Quieres hacer eso en el suelo para asegurarte de que la estructura sea sólida”.
Sobre los datos que se recopilan en las pruebas iniciales de 2022, indica Silva que “se utilizan para asegurarse de que se comparan bien con todos los modelos computacionales que se han utilizado hasta la fecha para diseñarlos y construirlos”.
El avión cuenta con una nariz muy larga, de casi 12 metros, esencial para su estilo supersónico, y una de las características más curiosas es que, por ello, no tiene parabrisas, sino una pantalla 4K.
El piloto verá con ella todo lo que está al final de la nariz del avión.
En la actualidad, los pilotos de prueba de la NASA están entrenando con un simulador de vuelo en el Centro de Investigación de Vuelo Armstrong, en Edwards, California.