El verdadero “Platillo Volador” que vimos durante décadas en las películas de marcianos y videos de mala calidad de presuntas visitas extraterrestres, es posible. Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) desarrollaron un dispositivo en forma de plato con características de vuelo impresionantes e independientes que puede funcionar en la Luna.
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Lejos de querer emular las viejas creencias de las naves espaciales de la ciencia ficción, estos expertos pretenden fabricar un dispositivo útil. Explican que el aparato es ligero y capaz de flotar de forma independiente en superficies planetarias que carecen de atmósferas; tal como ocurre en la Luna o en los asteroides.
¿Cómo logra este proceso? Según el detalle de los científicos del MIT, citados en una publicación de Science Alert, el “Platillo Volador” se alimentaría del campo eléctrico que se acumula en el suelo lunar, por su exposición directa al Sol.
Además, esta misma situación de no tener un escudo protector ante los rayos solares, incrementa la cantidad de plasma, que también sirve como “motor” para mover el rover que diseñaron los expertos del MIT.
De acuerdo a la explicación que ofrecen los investigadores, con la energía y plasma que se acumula en el suelo lunar, el polvo se levanta por sí solo más de un metro. Entonces, esta es una inédita característica que no tenemos en la Tierra y que los desarrolladores quieren aprovechar.
Material del “Platillo Volador”
Según la nota del sitio mencionado, esta nave estará hecha de un material llamado Mylar. Este elemento tienen componentes que permiten que la nave mantenga las cargas de energías cuando es impactado por los rayos solares.
De esta manera, recibiría constantemente carga por ambos lados y, por supuesto, tendría la capacidad para almacenar energía, para que pueda contrarrestar los efectos del bajo nivel de gravedad.
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Este tipo de tecnología de carga funciona con propulsores de iones. La NASA ha implementado anteriormente estos mecanismos con las llamadas fuentes iónico-liquidas: una especie de boquillas que se encargan de impulsar los satélites por la órbita de la Tierra.
“El combustible real es sal fundida, que cuando se golpea con una carga eléctrica, sale disparada de las boquillas como un rayo”, explicaron en Science Alert.
En principio desarrollaron modelos matemáticos que según los cálculos que daban las ecuaciones existía la posibilidad de que la nave pudiera despegar del suelo sin problemas. Estos resultados de pizarrón fueron la invitación a los laboratorios para iniciar con los experimentos de campo.
Desarrollando este tipo de tecnología, el equipo del MIT pudo hacer levitar un aparato pequeño del tamaño de la palma de la mano. Pesaba aproximadamente unos 60 gramos.
Lo más importante de este desarrollo es que “con un rover levitando, no tiene que preocuparse por ruedas o piezas móviles”, apunta Paulo Lozano, ingeniero aeroespacial del MIT.
“El terreno de un asteroide puede ser totalmente irregular, y siempre que tenga un mecanismo controlado para mantener su rover flotando, entonces podría atravesar un terreno inexplorado y muy accidentado, sin tener que esquivar el asteroide físicamente”, añadió Lozano.