Los elementos físicos de los objetos que transitan por nuestra región del universo tienen información determinante para comprender de dónde venimos y la manera en la que nos formamos. Por eso las agencias espaciales impulsan las misiones hacia planetas o asteroides en los que se puede colocar una nave o rover.
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Explicado desde ese punto de vista y por supuesto mostrando resultados, es que se puede fundamentar misiones como OSIRIS REx o la desarrollada por la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), llamada Hayabusa 2.
De la primera, que exitosamente visitó al esteroide Bennu, todavía se están esperando las muestras que vienen encaminadas hacia la Tierra. Pero de la segunda, las rocas llegaron hace poco más de un año y después de un exhaustivo análisis, lo científicos a cargo del proyecto emitieron un par de artículos para especificar información importante sobre el origen del sistema solar.
¿Qué información reveló Ryugu?
Las muestras de Ryugu llegaron a las manos de los científicos en la Tierra el 5 de diciembre del año pasado. Y tras escudriñar cada una de sus partículas encontraron que este asteroide es una roca espacial de tipo C, las llamadas ricas en carbono, según informa Engadget; hasta ahora nada sorprendente como para “volarle” la cabeza a los expertos.
Esto de que los asteroides que tienen tránsitos similares a Ryugu son ricos en carbono, es una característica que se había teorizado con anterioridad. Sin embargo, la cantidad es lo que importa, debido a que revela información de los ingredientes del sistema solar temprano.
La cantidad de este elemento identificado en la tabla periódica con la letra C demuestra que su composición es parecida a la fotosfera del Sol, es decir la capa exterior de la estrella masiva. Entonces, esto revela que el asteroide tiene en su superficie elementos primitivos de la formación de nuestro sistema planetario.
Según lo explica Engadget, citando a Science Alert, el carbono detectado en Ryugu emerge del disco de polvo que se formó junto con nuestra estrella masiva. Además, añaden que es elevadamente poroso, al igual que otras rocas circundantes del espacio
“La mayoría de los asteroides de tipo C tienen un albedo bajo (reflectividad de la radiación solar) de 0,03 a 0,09 debido a su carbono, pero el de Ryugu es de 0,02. Es oscuro incluso para los estándares de sus vecinos cósmicos”, escribió el sitio mencionado.
Aun queda mucho por investigar, pero esta es una de las revelaciones más importantes para conocer el origen del sistema solar. Algunos de los elementos aquí detectados serán comparados -obviamente- con los resultados que arroje el análisis de Bennu.
OSIRIS REx salió del Cabo Cañaveral en septiembre del 2016. Llegó al asteroide dos años más tarde y tras orbitarlo por otros 24 meses para cartografiarlo, aterrizó en octubre del 2020. Recogió las muestras y luego comenzó la misión de regreso, que se espera que se complete en el 2023.