Llegó el capítulo 13 de Dragon Ball Daima, y para muchos fanáticos fue un respiro. La aparición de una nueva raza, según la opinión popular en las redes sociales, salva a la serie de Akira Toriyama y Toei Animation de un abismo, en el que habría perdido todo tipo de lógica y sentido.
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La ubicación cronológica de Dragon Ball Daima hizo que la serie se encuentre en un lugar complicado, para la comprensión de su línea temporal. El hecho de que sea justo después del arco de Majin Buu pone en duda el canon de Dragon Ball Super, ya que se presentan nuevas deidades que superan al Dios de la Destrucción y a Whis; e igualan al Dios del Todo o Zeno Sama.
Además, representa un gran debate sobre los límites de poder de los Guerreros Z, uno de los grandes problemas del manga y el anime de Super. Se hace imposible seguir sumando transformaciones para superar la fuerza, y al mismo tiempo resulta difícil encontrar villanos que sean una verdadera amenaza para la vida de los personajes como Goku y Vegeta.
Dragon Ball Daima cap.13 al rescate
En este contexto de los niveles de poder, el décimo tercer episodio de Dragon Ball Daima presentó a una nueva raza de personajes que sin ser poderosos como Bills, Freezer o Majin Buu, representan una amenaza real, porque son gigantes y difíciles de vencer para Goku, Vegeta y Piccolo.
En el medio de las aventuras por el Reino Demoniaco, los Guerreros Z llegaron a un planeta llamado Mega. Allí se encontraron con uno de sus seres, los megaths, que son tan grandes, que un niño tiene mayor tamaño que un saiyajin en modo Ozaru.
Según recoge el sitio Alfa Beta, la garrapata de un perro incluso es más grande que Goku, Vegeta y Piccolo (en sus versiones mini).
Son realmente peligrosos y representan un verdadero reto de habilidad, que va más allá de una poderosa transformación. Los Guerreros Z se las tendrán que ingeniar para poder superar este nuevo reto, que le añade un toque de frescura a Dragon Ball como franquicia.
