Entretenimiento

Así eran las infernales “fechas de entrega” de Akira Toriyama mientras dibujaba Dragon Ball

Y las cumplía.

Akira Toriyama, el legendario creador de Dragon Ball y Dr. Slump, no solo revolucionó el mundo del manga, sino que también demostró que con suficiente café, motos en tu sala y 20 minutos de sueño cada seis días, puedes crear universos enteros. A casi un año de su partida, su legado sigue tan vivo como los Kamehameha de Goku, y su historia personal es tan épica -y sacrificada- como las aventuras que dibujaba.

Te puede interesar: [El señor Sakai llega al anime: Se confirma adaptación de Ghost Of Tsushima]

Cuando 20 Minutos de Sueño Eran “Suficientes”

Publicidad

La vida de un mangaka nunca ha sido fácil, pero Toriyama se llevó el premio al sacrificio extremo. Según contó en una entrevista para la guía Dragon Ball Landmark, los inicios de su carrera con Dr. Slump fueron algo así como un entrenamiento para el Torneo de Artes Marciales: “Cuando comencé con Dr. Slump, mi editor, el Sr. Torishima, me prometió que el proyecto duraría solo diez semanas. Yo, ingenuamente, le creí.”

Lo que sí pasó fue que Toriyama terminó trabajando a un ritmo infernal. Y cuando decimos infernal, hablamos de 20 minutos de sueño en seis días enteros. “No sé cómo sobreviví a esa etapa, pero lo hice. Con Dragon Ball ya no tenía que pasar tantas noches sin dormir, aunque todavía había ocasiones en las que amanecía trabajando en las páginas a color. Ahora que lo pienso… ¡era una locura!

¿Una locura? Podríamos decir que era un nivel de dedicación que solo un auténtico super saiyajin podría manejar.

Días de Perros, Pájaros y Dibujos a Medianoche

Con el tiempo, Toriyama logró encontrar algo parecido a un equilibrio, aunque su horario seguía siendo tan peculiar como él mismo. Según contó en una entrevista, este era su día típico mientras trabajaba en Dragon Ball:

“Me levantaba a mediodía, desayunaba (o almorzaba, depende de cómo lo veas) y empezaba a dibujar a la 1 de la tarde. Mi ayudante Matsuyama llegaba por esa hora y trabajábamos hasta las 7 u 8 de la noche. Después cenaba, sacaba al perro a pasear y le daba de comer a los pájaros. Matsuyama se iba a las 9, y yo seguía dibujando mientras miraba la tele. A las 11 me daba un baño, y después seguía trabajando hasta las 4 de la madrugada, cuando finalmente me iba a dormir.”

Te puede interesar: [Dragon Ball: Este sería el valor de una entrada para ver el Torneo de Artes Marciales]

Coches, Naves y Motos en la Sala

Cuando no estaba luchando contra los plazos de entrega, Toriyama encontraba su escape en una de sus mayores pasiones: coches, motos y maquetas. Su estudio parecía más un taller mecánico que el espacio de trabajo de un mangaka, con modelos a escala de naves y vehículos por todas partes.

Publicidad

Pero no se quedó solo en miniaturas. Toriyama tenía motocicletas reales en su estudio, incluyendo la icónica Honda Monkey, que incluso llegó a aparecer en varias ilustraciones de Dragon Ball. Porque claro, ¿quién necesita un garaje cuando puedes tener motos estacionadas al lado de tu escritorio? Se dice que cuando necesitaba un descanso, se quedaba mirando sus maquetas o su colección de motos y decía: “Hmm, ¿y si Goku viajara en algo así?”.

De Dr. Slump a Dragon Ball: La Evolución de un Genio

Aunque Dr. Slump fue su gran debut, fue con Dragon Ball donde Toriyama realmente se convirtió en una leyenda. Pero eso no significa que las cosas fueran fáciles. Crear una de las series más exitosas del mundo implicaba un nivel de trabajo excesivo. “Al principio fue difícil adaptarme al ritmo de una revista semanal, pero con el tiempo lo logré. A pesar de todo, crear personajes y mundos me llenaba de energía, y sabía que valía la pena.”

Publicidad

Y vaya que valió la pena. Dragon Ball no solo se convirtió en un fenómeno en Japón, sino que conquistó todo el mundo, llenando tardes, mañanas y patios escolares con debates sobre si Goku podía derrotar a Superman.

Te puede interesar: [¿Por qué hay animes y manga que no cierran todos sus cabos sueltos al acabar?]

Un Genio que Dibujaba Sueños

Publicidad

Akira Toriyama no solo dibujaba viñetas; construía universos. Su dedicación, su pasión y su amor por los pequeños detalles, como las motos en su sala o los paseos con su perro, lo convirtieron en una figura única en la industria del manga.

Y aunque su ausencia pesa, su obra sigue más viva que nunca. Cada vez que alguien lanza un “Kamehameha”, se ríe con las locuras de Arale o ve a Goku levantarse para pelear una vez más, el espíritu de Toriyama sigue ahí, recordándonos que las historias bien hechas nunca mueren.

Síguenos en Google News:Google News

Contenido Patrocinado

Lo Último