Ken Levine, el creador detrás de la legendaria serie Bioshock, ha recorrido un largo y complicado camino para llegar a su próximo gran proyecto, Judas, un juego que lleva en desarrollo más de ocho años. Desde que Irrational Games cerró en 2017 y dio paso al nuevo estudio Ghost Story Games, Levine ha estado trabajando en esta ambiciosa nueva propuesta.
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Sin embargo, no fue hasta 2022 que empezamos a escuchar noticias de Judas, cuando se anunció que llegaría “próximamente”. Bueno… resulta que “próximamente” significaba tres años, porque ahora sabemos que Judas estará disponible en marzo de 2025.
La Montaña Rusa de Desarrollar un Juego AAA
Hablando con GamesIndustry.biz, Levine reflexionó sobre lo que significa tener un ciclo de desarrollo tan largo en un mundo donde los juegos AAA se han convertido en verdaderos colosos de producción. Reconoce que su situación es privilegiada, ya que cuenta con el respaldo de una empresa que le permite tomarse el tiempo necesario para llevar su visión a cabo. Pero no todos en la industria tienen esa suerte.
“Creo que uno de los problemas actuales en esta industria es que los juegos se han vuelto cada vez más grandes, y la fidelidad gráfica ha aumentado tanto que incluso algo tan simple como diseñar una puerta hoy es infinitamente más complicado que hace diez años”, explica Levine. “Ahora necesitas preocuparte por mapas normales, sombreadores, polígonos más detallados, física, y un montón de cosas más”.
Esa complejidad, combinada con los costos cada vez más altos en el desarrollo de juegos AAA, crea una presión inmensa para los equipos de trabajo. “Cuando estás gastando todo ese dinero, naturalmente hay una gran preocupación por la viabilidad comercial. Pero si no innovas, los jugadores se aburren porque ya lo han visto antes”.
Innovar Es Clave, Pero También Es un Riesgo
Levine pone el dedo en la llaga al abordar uno de los mayores problemas de los juegos AAA: la dependencia de fórmulas seguras y franquicias conocidas. Según él, la industria se enfrenta a una paradoja: innovar es esencial para mantener a los jugadores interesados, pero los riesgos son tan altos que muchas compañías prefieren no intentarlo.
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“Es difícil hacer cosas nuevas”, dice Levine. “Incluso si tomas esos riesgos, a veces fallas. Y cuanto más caro sea el proyecto, más complicado se vuelve”. Como ejemplo, menciona el caso de Suicide Squad: Kill the Justice League, un fracaso que le costó a Warner Bros. más de 200 millones de dólares, o el desastre de Concord, el shooter de Sony que cerró apenas dos semanas después de su lanzamiento. En ambos casos, el resultado fue un desastre financiero.
Levine también compara esta situación con lo que está pasando en el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), donde la falta de riesgos y una fórmula predecible han hecho que el público pierda interés. “Si dejas de arriesgarte, la gente simplemente deja de prestarte atención”, afirma.
Ahora, él no se hace ilusiones sobre lo impredecible que es esta industria. Incluso con todo el esfuerzo y talento del mundo, el éxito nunca está garantizado. “Nada está bendecido por Dios para tener éxito”, admite. “Tienes que darle a la gente algo que los entusiasme, pero eso se vuelve más difícil cada año. Y ¿sabes qué? Ese es el trabajo”.
El ejemplo más curioso aquí es el caso de Marvel Rivals, un shooter en vivo que sigue todas las fórmulas que ya hemos visto hasta el cansancio, pero que, sorprendentemente, está funcionando bien. A veces, la receta mágica para el éxito es un misterio, y ni siquiera los desarrolladores lo tienen claro.
¿Qué Podemos Esperar de Judas?
En un mundo donde los juegos AAA tienen que equilibrar innovación, nostalgia y riesgos financieros, Judas tiene mucho que demostrar. ¿Será un golpe maestro que redefina el género como Bioshock lo hizo en su momento? ¿O simplemente será un buen juego que toca la fibra nostálgica de los fans?
Sea como sea, Levine tiene claro que su trabajo es arriesgarse y ofrecer algo que emocione a los jugadores. Después de ocho años de desarrollo, la presión está al máximo, pero si alguien puede hacerlo, es Ken Levine.
