Más de 10 años de espera han llegado a su fin, pues Rockstar Games ha confirmado que uno de sus videojuegos más aclamados, Red Dead Redemption llegará finalmente a PC el próximo 29 de octubre. Sin embargo, el anuncio ha venido acompañado de una polémica en torno a su precio: 45,00 euros. Por lo que la comunidad de jugadores ha expresado su descontento ante su elevado precio, sobre todo considerando que se trata de un port de un juego lanzado originalmente en 2010.
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A pesar del paso de los años y de las múltiples reediciones en otras plataformas, Rockstar y Double Eleven, el estudio encargado del port, buscó mantener un precio elevado para esta versión de PC. Aunque el juego incluirá tecnologías de reescalado como DLSS 3.7 y FSR 3.0, así como soporte para monitores panorámicos y altas resoluciones, muchos consideran que estas mejoras son mínimas y no justifican el costo.
Es importante destacar que Red Dead Redemption para computadoras se basa en la versión original de PlayStation 3 y Xbox 360. Si bien se han realizado algunas optimizaciones gráficas, el juego conserva gran parte de su aspecto visual original. Esto ha llevado a algunos usuarios a cuestionar la calidad del port y a compararlo con las versiones emuladas, que en algunos casos ofrecen un rendimiento y una calidad visual similares.
Esto se necesita para poder jugar el juego
Los requisitos técnicos del juego también han generado debate. Si bien los requisitos mínimos son relativamente accesibles, los recomendados para una experiencia fluida en 1080p a 60 FPS son sorprendentemente altos, especialmente considerando la edad del juego. La necesidad de una tarjeta gráfica de gama media-alta como una RTX 2070 o una RX 5700 XT ha sido criticada por muchos jugadores.
Ante las críticas por el precio, Take-Two Interactive ha defendido el port argumentando que es justo considerando el valor de la franquicia y la calidad del trabajo realizado. Sin embargo, esta postura ha sido recibida con escepticismo por parte de la comunidad, que considera que el precio es excesivo para un producto que se percibe como poco ambicioso.