El contenido de los streamers es mucho más que horas detrás de una pantalla jugando videojuegos. Miles de creadores se han dedicado a ofrecer contenido de calidad, hasta el punto de tocar la fibra emocional de sus seguidores. Es por eso que hoy vamos con una retro historia, de esas que conmueven al corazón más frío. Recordamos el día que Aydan Conrad hizo llorar a su mamá y a su comunidad con una noticia que nos sigue emocionando cuatro años después.
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En enero del 2020, cuando el covid-19 estaba recién esparciéndose por Wuhan, China y los países vecinos de Asia, los streamers estaban empezando a instalar una nueva era migrando de YouTube a una nueva plataforma, Twitch.
Uno de los pioneros en estas aventuras fue el jugador profesional de Fortnite, Aydan Conrad. Este streamer se hizo su camino en el mundo de las transmisiones de Internet por su sorprendente capacidad para los shooters.
Empezó con Fortnite, pero después migró a Call of Dutty: Warzone, en donde es uno de los jugadores más letales del mundo.
Sus primeras ganancias fueron para su mamá
Cuando Aydan Conrad comenzó a ganar fama (y dinero) lo primero que hizo fue pagar la deuda del préstamo universitario de su mamá. Como bien sabrán algunos, los estudios de nivel superior en los Estados Unidos son extremadamente costosos, por lo que muchos acceden a través de un crédito que en ocasiones es más costoso que una casa.
Las ganancias de Aydan Conrad dieron para que el joven, que para ese entonces tenía 20 años (hoy tiene 25), pagara el préstamo estudiantil de su mamá. Después de saldar las cuentas llamó a su madre por teléfono mientras estaba en directo con su comunidad, lo que dejó uno de los momentos más virales del Internet pre-pandemia.
Aydan nunca contó el monto exacto, pero por los cálculos su mamá debía alrededor de 40 mil dólares. Sólo contando las ganancias iniciales de transmitir en Twitch y jugar Fortnite, le dejaron al streamer un saldo de 198 mil dólares aproximadamente.
Fue el primero en ganar más de 300 mil dólares en premios de Warzone y su crecimiento no ha parado de crecer desde los primeros directos.
