Para quienes somos fanáticos de Dragon Ball es imposible imaginar la serie sin Vegeta. Es sin duda alguna uno de los personajes más importantes de todo el manga y el animé. Sin embargo, esto no era así para Akira Toriyama, cuando pensó en introducir al personaje a sus aventuras.
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Vegeta es uno de los tantos personajes que debuta . Su transición fue la más brutal de todas: crearon primero una etapa de rivalidad, que pasó al respeto, para que después terminaran con un innegable cariño.
De hecho, el punto más intenso de esta relación entre Vegeta y Goku ( y toda la Familia Z) fue en el último arco de Dragon Ball Z, en el que Vegeta tiene un arrebato de su pasado y se deja dominar por Babidi, para poder transformarse en ese ser sin sentimientos y pelear con todas sus fuertes contra su eterno rival.
Vegeta tiene tres redenciones en Dragon Ball: la primera es antes de morir, después de sufrir una brutal golpiza de Freezer, la segunda es cuando muere por salvar a su hijo, peleando contra Majin Buu, y la tercera, en el mismo arco de Z, cuando ve a Goku peleando contra Kid Buu y le da ánimos.
Que haya pasado todo esto es una prueba de la mente brillante que era Akira Toriyama. Esto no fue planeado, se fue escribiendo sobre la marcha, ya que al principio, Vegeta iba a ser un villano secundario que le iba a dar paso a uno más importante: Freezer, según reseña SensaCine.
Pero como la popularidad fue tan grande, el mangaka lo mantuvo en las historias, hasta convertirse en el número 2 de la serie (para muchos es el número 1).
Vegeta debuta en el capítulo #204 del manga de Dragon Ball, titulado “Sayonara, Son Goku” publicado en la revista Weekly Shōnen Jump el 7 de noviembre de 1988.
En este capítulo, Vegeta y Nappa, su compañero saiyajin, llegan a la Tierra en busca de las Esferas del Dragón. El príncipe de los saiyajines es presentado como un guerrero cruel y poderoso, que no tiene reparos en matar a los demás para obtener lo que quiere.