Si bien la saga Resident Evil tiene un alto grado de paternidad en cuanto a survival horror y en cuanto a remakes y remasters (partiendo en esa gloriosa joya de gamecube con el RE original), también es verdad que ha tenido una vorágine bastante vertiginosa en su andar por las consolas de última generación. Y por supuesto Resident Evil 4 REMAKE (RE4R) no estuvo exento de incertidumbre y dudas antes de su lanzamiento.
Considerado por la gran mayoría como el último de los RE en brillar, e innovador y totalmente adelantado a su generación por ser el primer RE en poner la cámara sobre el hombro, también fue considerado por otros un juego un tanto más de acción que de real horror y supervivencia.
Pero si hay un punto en que el que todos coincidimos, es que no pierde ese sello que llevaba hasta entonces RE de ir superponiendo nuevos escenarios conforme avanzaba la historia, cada vez más complejos, con nuevos desafíos y herramientas para superarlos en cada uno de estos y por supuesto acompañado de una buena dosis de nuevos enemigos cada vez más fuertes e inteligentes que vencer.
Personalmente, luego del desastre que fue el remake de RE3 (RE3R), estaba muy intranquilo respecto a lo que podría pasar en RE4. Y la preocupación iba más allá de que uno de mis juegos predilectos de la infancia se arruinara, si no que arruinaran EL juego de inicio en el género para muchos que conocieron a la consola de Sony recién en su segunda entrega y con eso además perder la oportunidad de inmortalizar una joya con las capacidades y gráficos actuales (Porque ya no hay esperanza de otro RE3R “oficial”).
Un deleite audiovisual
Sin embargo, todos los miedos fueron aplacados al momento de iniciar el juego y encontrarnos con una promesa implícita: el juego se ve exactamente igual que el original, pero “en HD”. Con esta premisa, al avanzar y encontrarnos con el primer escenario: la Aldea y sus gritones habitantes (“Un Forastero!”), su mira con cruceta, el uso del cuchillo para hacer parry y ese mini juego subliminal que TODOS disfrutamos que es el ordenar los items y armas en la maleta para optimizar el espacio, hacen de esta entrega un real deleite audiovisual que no trae sorpresas por su nuevo contenido, por sus diálogos diferentes ni por sus mecánicas innovadoras.
Si no por sus mejoras gráficas, su adaptación perfecta a la jugabilidad actual y su inmersión generada por esa cámara sobre el hombro, que se mantuvo para recordarnos su sello personal y muchas veces ponernos en serios aprietos por lo que pasaba detrás de nosotros.
Respecto al contenido, el juego y su duración, debo decir que simplemente quedé satisfecho en un 100%. Es lo que todos los jugadores de survival horror más puristas queremos: No toquen nada, no hagan nada que no sea mejorar la calidad gráfica y la fluidez de este juego y déjenme jugar mirando texturas, detalles en las armas y la cara de los enemigos.
Y es que es una fórmula que no tiene secretos!. No hay que ser genio para saber que un diamante sólo hay que pulirlo para que brille aún más y no teñirlo ni agregarle accesorios que no se requieren.
Al igual que RE2R, su cuarta entrega fue fiel al guión, a la jugabilidad, a la fotografía y a la experiencia que nos generó jugar este clásico en nuestra juventud y es por esto que si tuviese que evaluarlo con una calificación, RE4R para mi se lleva un 9.8/10 por su innegable fidelidad y maravillosa adaptación. CAPCOM, si lees esto, por favor: ¡Esta es la fórmula! ¡Y muchas gracias por escucharnos!
*Este artículo fue redactado por Leopoldo Peñaloza, Dr. SurvivalHorror, videojugador experto en Horror Games.