Hay un debate encendido en torno al uso de sistemas de Inteligencia Artificial en este momento particular para la industria del entretenimiento en donde hemos visto, casi de manera casual, la confluencia de dos sucesos que tienen una interconexión algo indirecta pero muy delicada entre sí.
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Por un lado, tenemos la reciente huelga de actores de la Screen Actors Guild – American Federation of Television and Radio Artists (SAG-AFTRA), el sindicato de actores más importante del planeta y que se solidariza con la protesta del gremio de guionistas que igual tienen algunas semanas ya en la misma situación de reclamo por mejores condiciones laborales.
En paralelo tenemos a el curioso caso de la fallecida cantante Elis Regina, quien se ha robado los titulares de su natal Brasil luego de que una campaña publicitaria se las arreglara para utilizar sistemas de Inteligencia Artificial para resucitarla e introducirla en un anuncio comercial de la automotriz Volkswagen.
Ambas cosas suceden en un punto donde la tecnología de videos deepfake ha evolucionado a un grado tal donde ni siquiera se necesita de los presupuestos de los grandes estudios de Hollywood para crear piezas demoledoramente convincentes.
Ahí tenemos el claro ejemplo de hace algunos años con el final de la segunda temporada de The Mandalorian, donde un fan con amplio dominio técnico en el uso de estos sistemas IA pudo corregir los detalles técnicos de la secuencia protagonizada por un joven Luke Skywalker.
Algo similar vimos con Carrie Fisher y las escenas que tuvieron que parcharse con tecnología digital e Inteligencia Artificial para completar el estreno del Episodio VIII de Star Wars, igual que su versión más joven vista en Rogue One. Y ahora con el problema actual que surge una duda sensata:
Quién tiene los derechos sobre el uso de artistas muertos cuando se reviven mediante Inteligencia Artificial
La gente de la BBC ha publicado un interesante artículo, con motivo del video publicitario de Volkswagen con Elis Regina, en donde consultan a un especialista para abordar el tema de este tipo de producciones.
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El sociólogo y coordinador de impacto del Centro de Inteligencia Artificial de la Universidad de São Paulo (USP), Glauco Arbix, en entrevista nos plantea las bases reales de este debate, que contempla necesariamente matices filosóficos:
“La persona puede ser objeto de una recreación que acabe destruyendo su nombre y su reputación. Pero también plantea dudas desde el punto de vista de la integridad de la vida familiar.
No porque puedas hacerlo debes hacerlo. Una cosa es que guardes en el cajón una película de alguien que murió para verla unas cuantas veces y otra cosa es recrear (su imagen) en nuevas condiciones, como si siguiera vivo.
La finitud de la vida está sedimentada en la historia social. Incluso para aquellos que creen en la vida después de la muerte, siempre es algo más inaccesible y distinto de lo que vemos ahora, para lo que no estamos preparados como sociedad.”
En el caso de la huelga actual de la SAG-AFTRA, tal como lo menciona Fran Drescher en el discurso de arriba, existe el riesgo latente de que la Inteligencia Artificial ahora sea la artífice de crear actuaciones para ocupar papeles estelares en películas, incluso cuando esas estrellas estén muertas o fuera del negocio.
Bajo tal lógica el especialista entrevistado asegura que la legislación en cada terreno es importante. Donde para el caso de Brasil son los familiares quienes tienen los derechos de autor sobre actores o artistas ya fallecidos.
Queda la duda si Elis Regina, en caso de estar viva, habría autorizado o no el uso de su imagen en este anuncio. Pero Hollywood está a punto de establecer un precedente en ese rubro.