El final de Dragon Ball Z significó el cierre de funciones para Akira Toriyama con las aventuras de Goku, en los años noventa. El sensei puso un punto en esta parte de la historia y dejó en manos de Toei Animation el desarrollo de GT.
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Akira Toriyama no quería saber nada, hasta el punto que dio los permisos a la productora para que siguiera desarrollando el animé, sin que este fuese parte del canon. Todos sabemos el resultado.
Pero pocos saben los motivos que llevaron a Akira Toriyama a abandonar esta práctica que tanto éxito le dio. Hay declaraciones en las que el mangaka confiesa que dibujar y crear las historias le consumía una enorme cantidad de tiempo.
Además, debido que el animé siempre lo alcanzaba, también le provocaba una enorme presión sobre sus hombros. “Pasaba noches sin dormir. Sentía que me iba a morir”, llegó a decir Toriyama.
Sin embargo, una nota de Espinof añade un motivo adicional que pocos conocían de Akira Toriyama. El mangaka habría quedado devastado después de que perdió su portalápiz favorito, mientras hacía otra de sus historia, Sand Land.
“Sand Land estaba terminado y estaba escaneando el manuscrito a tinta en un ordenador, y usaba un programa para aplicar colores sólidos con mis propios tonos. Posiblemente casi no dormía... Después de terminar todos los capítulos, perdí mi adorado portalápices de madera que llevaba usando desde antes de empezar a publicar. Intenté comprarme uno nuevo y afilarlo, pero no se sentía bien. Desde entonces, lo he usado como una excusa para casi no dibujar manga”, destacó.